Simone Biles: la fe como refugio y fuerza para sanar tras el abuso y la presión mediática

Biles nos recuerda que la fe no evita las heridas, pero sí puede dar sentido, consuelo y fuerza para seguir adelante

Borja Cuñado

Publicado el - Actualizado

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Hace cuatro años, Simone Biles, icono mundial de la gimnasia artística, dio un paso que marcaría un antes y un después en el deporte: se retiró de la final por equipos y de cuatro finales individuales en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, abriendo un debate global sobre la salud mental de los atletas.   

La causa fue un episodio de los llamados twisties, una desconexión entre mente y cuerpo que, en disciplinas como la gimnasia, puede llegar a ser extremadamente peligrosa. La decisión, lejos de ser sencilla, supuso un duro golpe para Biles. Reconoció el profundo dolor que sintió al dejar a un lado el sueño por el que había luchado durante años. "Entrené durante cinco años para ese momento, y tener que abandonarlo fue increíblemente difícil", confesó entonces en una entrevista con NBC.

La atleta estadounidense ha obtenido 41 medallas entre Juegos Olímpicos y Campeonatos Mundiales, entre ellas el oro en Rio 2016 y seis veces campeona del mundo. Más allá de ser la atleta más galardonada en la historia de la gimnasia, ha encontrado en su fe católica un pilar fundamental para rehacerse tras experiencias traumáticas y desafíos públicos.

EFE

MADRID, 21/04/2025.- La gimnasta estadounidense Simone Biles posa con su galardón "Deportista mundial del año" durante la ceremonia de entrega de los Premios Laureus que se celebra hoy lunes en Madrid. EFE/ Daniel González.

abuso y sanación

Biles es una católica practicante reconocida que viaja siempre con un rosario y participa en misa regularmente con sus abuelos. Simone reveló por primera vez haber sido víctima de abusos sexuales del doctor de la selección estadounidense, Larry Nassar, en enero del 2018 con un mensaje publicado en Twitter.  Biles comentó en la revista de moda estadounidense que se dio cuenta de que Nassar había abusado de ella después del apoyo de su excompañera de equipo Maggie Nichols, también víctima de abusos.

Biles confesó que ese trauma "fue una carga excepcionalmente difícil". En su testimonio durante las audiencias en el Senado, relató cómo esa herida la llevó a momentos de depresión y ansiedad. En ese proceso, su fe —señalada por su devoción al rosario y la oración— le proporcionó un marco para encontrar paz y esperanza.

"Sentía que lo sabía, simplemente no quería admitírmelo a mí misma, que aquello había ocurrido", ha explicado, "porque pensaba, no que tuviera que ser perfecta, pero sí que lo que América quería que yo fuera era eso, perfecta. Porque cada vez que un estadounidense gana los Juegos Olímpicos, se convierte en el novio o novia de América. Así que yo pensaba: '¿Cómo puede pasarle esto a una novia de América?'", confesó la atleta.

 Presión mediática y salud mental  

La gimnasta norteamericana, se retiró de la competición antes de tiempo priorizando su salud mental. Con el pasar de los días, sí regresó para colgarse el bronce en la barra de equilibrios. Su decisión generó un debate global sobre la importancia de priorizar el bienestar mental de los atletas, incluso por encima del rendimiento deportivo. 

La retirada de Biles supuso un seísmo de grandes dimensiones al poner sobre la mesa un tema tan importante como la salud mental. Desde entonces, ha profundizado en prácticas como la terapia —“muy religiosa para mí” dijo en una entrevista—, la meditación y el equilibrio emocional.  “Rezo y medito. Es mi forma de mantener la calma y encontrar paz en medio del caos”, reconoció Biles.