Laurent Dabiré: “La gente se reúne en misa, aunque algunos no acuden porque tienen demasiado miedo”

El presidente de la Conferencia Episcopal de Burkina-Níger indica que "la población está agotada, y muchos han perdido a familiares. También ha habido mucha destrucción material"

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“La población está agotada, y muchos han perdido a familiares. También ha habido mucha destrucción material, y eso pesa en el estado de ánimo de todos. No obstante, las Navidades en nuestro país siempre han sido motivo de alegría y también han supuesto una tregua. La gente se reúne en misa, aunque algunos no acuden porque tienen demasiado miedo. Nosotros los comprendemos y no les pedimos que vayan más allá de su valentía. La Navidad nos brinda la oportunidad de rendir homenaje a todas las víctimas de esta guerra y de rezar juntos por el retorno de la paz”, con estas palabras se ha expresado presidente de la Conferencia Episcopal de Burkina-Níger y obispo de la diócesis de Dori, Laurent Dabiré, en una entrevista concedida a la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada.



Además señala que “el 50% de nuestro territorio está ahora ocupado, algunos grupos no declaran explícitamente sus intenciones, pero los hay que sólo con su nombre ya revelan sus objetivos, como el Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM), cuya intención manifiesta es extender el islam por todo el país, incluso mediante el terrorismo. Está claro que subyace el propósito de suprimir la sociedad actual, que es una sociedad multirreligiosa, de diálogo y convivencia. Los terroristas quieren erradicar esta sociedad y a todos los que no profesen el mismo islam que ellos, incluidos musulmanes. Así que el terrorismo se dirige ahora contra todos”.

En referencia a las consecuencias de este terrorismo para la Iglesia, Dabiré afirma que “en estos últimos siete años han sido terribles. En lo que respecta a la pastoral, ya no podemos desplegarnos como antes. Nuestro ámbito ha quedado muy reducido, pues los terroristas ocupan dos tercios del territorio del Sahel. Prácticamente sólo nos quedan las capitales de provincia. La diócesis de Dori tiene seis parroquias, ya se han cerrado tres y estuve a punto de cerrar otra este verano. Otra está bajo bloqueo. En algunos lugares carecen de alimentos y la comunicación está cortada; allí sólo hemos logrado enviar algunos mensajes gracias a algunas ONG de la ONU que tienen los medios para ello”.

Cómo a los fieles ahora desplazados

“Hemos organizado una pastoral para los desplazados internos, que son dos millones hasta la fecha. Es un momento difícil, pero también veo las gracias de este momento: ¡Estamos unidos durante todo este tiempo! También la radio nos es de gran ayuda para llegar a los desplazados, y cuando la comunicación queda totalmente interrumpida, intentamos utilizar los convoyes militares o humanitarios para enviar pequeños mensajes escritos a los que están aislados para transmitirles información y escuchar cómo están ellos. A veces hemos logrado enviar víveres y suministros a zonas aisladas, gracias a los convoyes militares. Nos adaptamos a la situación como podemos”.

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