Los cuatro dogmas marianos de la Iglesia Católica: “Son verdad de fe e indiscutibles”
Madre de Dios, Perpetua Divinidad, Inmaculada Concepción y Asunta a los Cielos, las cuatro verdades infalibles sobre la Virgen
Madrid - Publicado el
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Un dogma de fe es una verdad revelada por Dios, transmitida a través de la escritura o la tradición apostólica, y solemnemente definida por la autoridad de una iglesia, como la Iglesia Católica, para que sea aceptada como obligatoria por los fieles. Los dogmas se consideran verdades infalibles e indiscutibles que forman la base de la doctrina de una religión.
LOS 4 DOGMAS MARIANOS
La Virgen María es en primer lugar considerada Maternidad Divina, este dogma se refiere a que la Virgen María es verdadera Madre de Dios. Fue solemnemente definido por el Concilio de Efeso, año 431. Tiempo después, fue proclamado por otros Concilios universales, el de Calcedonia y los de Constantinopla. El 1 de enero, a la finalización de la Octava de Navidad, la Iglesia celebra la solemnidad de María Santísima, Madre de Dios.
Otro de los dogmas habla de la virginidad de María, conocido como la Perpetua Virginidad, María fue Virgen antes, durante y perpetuamente después del nacimiento de Jesús.
Uno de los dogmas más conocidos en España es la Inmaculada Concepción, establece que María fue concebida sin mancha de pecado original, por privilegio especial de Dios, no podía ser pecadora la que albergó en su seno al Hijo de Dios, así que al ser concebida la preservó del pecado original. El dogma fue proclamado por el Papa Pío IX, el 8 de diciembre de 1854, en la Bula Ineffabilis Deus. Por eso el 8 de diciembre se celebra esa festividad.
Y el cuarto es la Asunción a los Cielos, se refiere a que la Madre de Dios, luego de su vida terrena fue elevada en cuerpo y alma a la gloria celestial. Este Dogma fue proclamado por el Papa Pío XII, el 1º de noviembre de 1950, en la Constitución Munificentisimus Deus. La solemnidad de la Asunción de la Santísima Virgen María fue fijada en el 15 de agosto ya en el siglo V, con el sentido de "Nacimiento al Cielo" o, en la tradición bizantina, "Dormición" de Nuestra Señora. En Roma, la fiesta se celebra desde mediados del siglo VII, pero hubo que esperar hasta el 1 de noviembre de 1950, con Pío XII, para que se proclamara el dogma.
DEVOCIÓN Y RESPETO A LA VIRGEN MARÍA
A la Virgen María no podemos adorarla, si adoraríamos a María o a cualquier otra criatura de Dios, seríamos culpables de idolatría, y la idolatría es un pecado que viola el Primer Mandamiento. No adoramos a María. Le damos gran amor, respeto, y devoción, pero no debemos adorarla. María es la madre de Dios.
Recientemente, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe del Vaticano ha concluido que María no debe ser considerada "corredentora", y no se proclamará un nuevo dogma en ese sentido.
Tras un largo estudio han concluido que no puede compartir con Jesús la potestad de salvar a la humanidad del pecado, por lo que no se proclamará un nuevo dogma, lo que pone fin a una larga disputa entre los teólogos.
Varios santos como Padre Pío, Gabriel de la Dolorosa, Madre Teresa de Calcuta, Bartolo Longo, Maximiliano Kolbe, Edith Stein, sor Lucía de Fátima se refirieron a la Virgen corredentora por lo que a petición de la Santa Sede fue constituida una comisión en el XIII Congreso mariológico internacional que se celebró en Czestochowa, en Polonia, en 1996, y que ya concluyó con una negativa a la institución del nuevo dogma.