El Sínodo de los obispos sobre los jóvenes en cuatro claves

El próximo 3 de octubre arranca el Sínodo de los obispos. Se trata de un instrumento con el que el Papa y los obispos quieren acompañar a los jóvenes en su fe y su discernimiento vocacional.

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El Sínodo es un instrumento de la Iglesia en forma de asamblea en la que el Papa escucha las propuestas que le transmiten los obispos sobre un tema. En esta ocasión, del próximo 3 al 15 de octubre "los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional" son el centro de este encuentro.

La palabra clave para entender un Sínodo es "acompañamiento". El Papa ha convocado a los obispos para dialogar con ellos sobre cómo acompañar a los jóvenes. Para ello, no sólo van a hablar Francisco y los episcopados. También lo han hecho los jóvenes a través de un cuestionario que se hizo público junto con el Documento Preparatorio de esta XV Asamblea General del Sínodo.

¿Qué quiere decir "Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional"?

Ese es el título con el que se ha convocado el próximo Sínodo. En él se encuentran tres temas sobre los que la Iglesia quiere tratar y saber cómo poder acompañar a los jóvemes.

Para entenderlos, la Iglesia parte de un mensaje universal, el de Jesús, pero que entiende y atiende a las diferencias. El lugar de origen, la historia, la presencia del cristianismo en el país, la convivencia con otras religiones o las diferencias por sexos en dichos países son aspectos que la Iglesia sabe que tiene que tener en cuenta.

El diagnóstico que presenta el Instrumentum Laboris (documento de trabajo del Sínodo) y el Documento Preparatorio pasa por querer entender el mundo cambiante en el que se mueven los jóvenes en sus muchos aspectos. A partir de ese punto, la Iglesia quiere ofrecer una respuesta a sus necesidades y a la situación a largo plazo.

Algunos de los temas que se recogen son la cultura del descarte, la dificultad económica, los malestares sociales, el multiculturalismo o el relativismo. Junto a ellos, figuran unas necesidades que la Iglesia ve en los jóvenes. Deseo de participación en los cambios de la Iglesia, de que se les ecuche, de referentes o de mayor cercanía son algunas de ellas.

La Fe y el discernimiento vocacional son dos de los tres pilares que sostienen este Sínodo. Estos dos están muy relacionados. Discernir la vocación puede entenderse como el camino para encontrar lo que cada uno está llamado a ser. La Iglesia quiere acompañar a todos los jóvenes sin excepción en ese proceso que puede desembocar en el matrimonio, la vida consagrada o el sacerdocio. Para ello ofrece todos sus medios para sostener la Fe, la confianza en ese camino: el Evangelio, testimonios de santos, asesoramiento personal, dirección espiritual.

¿Cómo quiere responder la Iglesia a los jóvenes en este Sínodo?

El acompañamiento pastoral a los jóvenes pasa por ir a buscar a los jóvenes. En ese sentido, supone para los pastores y la Iglesia salir, como pedía el Papa Francisco, de las rigideces. La finalidad: que los jóvenes puedan sentirse protagonistas de su fe y de la Iglesia de la que forman parte. Esa salida de Francisco supone que la Iglesia también quiere ver. Esto significa ver el mundo de los jóvenes, escucharlo y llevar allí el Evangelio. A partir de ahí, la Iglesia quiere llamar a los jóvenes. Esta llamada no es una imposición, sino una invitación a despertar, a moverse por encontrar la respuesta a esa llamada.

Para ello, el Sínodo ha recogido un cuestionario en el que plantea estas reflexiones en forma de preguntas a los jovenes y a los organismos responsables de la acción pastoral. Después, ha recopilado las respuestas y los datos para elaborar el Instrumentum laboris, que será la guía sobre la que los obispos y el Papa van a trabajar.

¿Qué han dicho los jóvenes españoles?

En España, más de 5.000 jóvenes de 33 diócesis, 6 movimientos y cinco congreagaciones han contestado a este cuestionario. Su resultado se expone en un documento que puedes leer aquí. Algunas de sus apreciaciones sobre la escucha de la Iglesia han sido que en un 60% de los casos se sienten escuchados, aunque valorarían una mayor salida de las estructuras para que se les escuche. También, en este sentido, han hecho autocrítica y agradecido sus esfuerzos.

Sobre los desafíos para la pastoral juvenil, se considera que los jóvenes alejados son la prioridad de la acción. Otro aspecto interesante ha sido que el 45% se sienten protagonistas ante los desafíos que propone la Iglesia. Los que les llaman la atención son la acción social, la solidaridad con los pobres o el cuidado de la creación. Igualmente, los jóvenes españoles tienen como desafío un futuro de garantías como forma de poder seguir su vocación.

El discernimiento vocacional para quienes han respondido tiene tres puntos clave: la importancia de los padres en el proceso vocacional, la necesidad de mayor cultura vocacional de orientación y una educación abierta a la trascendencia y libre de ideologías. Junto a esos retos que han trasladado a la pastoral, valoran que las Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ) son fuente de discermiento vocacional y de sensación de Iglesia, pero que la pastoral juvenil no puede asociarse solo a eventos.

¿Para qué sirve?

El Sínodo es un tiempo de escucha, de trabajo y de discernimiento. La búsqueda de este Sínodo quieren plasmarse en unas conclusiones en forma de Exhortación Apostólica. Es un documento que escribe un Papa. Su mayor o menor importancia depende de su contenido. En ella se recogen una serie de indicaciones y directrices para las comunidades católicas ante los nuevos retos que plantea el mundo moderno. En este caso, Francisco tratará de responder a los jóvenes después de escuchar a los obispos en el Sínodo.

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