Brasil: Los obispos condenan la toma de las instituciones por parte de los partidarios de Bolsonaro

La Conferencia Episcopal califica de «ataques criminales» los asaltos al Congreso, el Tribunal Supremo Federal y el Palacio de Planalto

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La Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB) ha condenado sin ambages la toma de instituciones perpetrada este domingo 8 de enero por parte de seguidores del expresidente Jair Bolsonaro. Lo he hecho mediante dos breves mensajes difundidos a través de la red social Twitter. Los obispos hacen en ellos un llamamiento «a la serenidad, la paz y el cese inmediato de los ataques criminales contra el Estado Democrático de Derecho» e indican que sus «organizadores y participantes» deberán rendir cuentas ante la Justicia. «Los ciudadanos y la democracia necesitan ser protegidos», señalan.






Más allá de este sucinto pronunciamiento, la Iglesia se mantiene a la expectativa. Ni el arzobispo de Brasilia, cardenal Paulo Cezar Costa, ni su predecesor, el hoy cardenal de Curia João Bráz de Aviz (prefecto del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica), se han pronunciado públicamente sobre lo acaecido ayer en Brasilia. El cardenal Costa se hallaba en Roma participando en las exequias del Papa emérito Benedicto XVI.

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Tampoco lo han hecho a título individual ninguno de los prelados que integran la presidencia de la CNBB: los arzobispos Walmor de Oliveira (presidente), Jaime Spengler (vicepresidente primero), Mario Antonio Da Silva (vicepresidente segundo), y el obispo auxiliar de Río de Janeiro Joel Portella (secretario general). Quien sí lo había hecho era el arzobispo de São Paulo y vicepresidente primero del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), cardenal Odilo Scherer, que ha calificado de «inaceptable» la toma de los instituciones que representan los tres poderes del Estado.

«¡Lo que pasó esta tarde en Brasilia es inaceptable!», dice dom Odilo. «Esto no tiene cabida en la convivencia democrática. Es necesario calmar los ánimos. Si quieres que te respeten, tienes que respetar».



La Comisión Justicia y Paz del episcopado también ha repudiado la agresión de quienes define como «turba de bárbaros y terroristas». «No podemos seguir viviendo con el odio y la violencia propagados por el anterior gobierno federal y una minoría de seguidores del anterior presidente que, con espíritu autoritario, intentan imponer su voluntad por la fuerza», afirma su comunicado.

Llamamientos a un golpe de Estado

Este domingo varios miles de seguidores del expresidente Bolsonaro marcharon y tomaron por la fuerza el Congreso de la República, el Tribunal Supremo Federal y el Palacio de Planalto, sedes de los tres poderes del Estado (Legislativo, Judicial y Ejecutivo) situados a corta distancia unas de otra. Los manifestantes se enfrentaron a la policía y causaron importantes destrozos en las instalaciones. En el posterior desalojo por parte de las fuerzas antidisturbios —que utilizaron gases lacrimógenos y granadas aturdidoras— han sido detenidos varios cientos de personas, a quienes se va a aplicar el artículo 359-M del Código penal, que contempla entre cuatro y doce años de prisión por «tentativa de destitución de un gobierno de un gobierno legítimamente electo».

Muchos de los asaltantes partieron del cercano Cuartel General del Ejército, donde llevaban semanas acampados pidiendo al ejército que se levante en armas contra el presidente «Lula» Da Silva, cuyo triunfo en las elecciones presidenciales no reconocen. Bolsonaro tampoco ha aceptado la derrota y el pasado 1 de enero se ausentó del país para no tener que imponer la banda presidencial a su sucesor, como manda la tradición.

«Lula» Da Silva juró el cargo acompañado de representantes de los sectores más desfavorecidos, entre ellos indígenas y pobres. «Dije que la misión de mi vida sería cumplida cuando cada brasileño y brasileña pudieran comer tres comidas al día. Tener que repetir este compromiso hoy es el síntoma más grave de la devastación que [Bolsonaro] ha impuesto al país en los últimos tres años», dijo en el acto de toma de posesión.

Investidura del presidente electo, Luiz Inácio Lula da Silva, en Brasilia

BRA01. BRASILIA (BRASIL), 01/01/2023.- El nuevo presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva (c), junto a la primera dama, Rosángela da Silva (i), y más acompañantes, llega para dirigirse a la multitud hoy, durante la investidura, en Brasilia (Brasil). Miles de personas se han comenzado a congregar este domingo en el corazón político de Brasilia para la investidura como presidente brasileño de Luiz Inácio Lula da Silva, quien asume por tercera vez el poder que ya ejerció durante dos períodos consecutivos, entre 2003 y 2010. EFE/ Andre Borges

El asalto al Congreso brasileño se produce justo dos años después del intento de subvertir la democracia en Estados Unidos por parte de los partidarios de Donald Trump.


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