Sin cajeros automáticos ni médicos, pero con fe: la vida de los vecinos de la comarca abulense de La Moraña

La falta de vocaciones hace que la Misa dominical no pueda celebrarse en todos pueblos de la comarca: "Los laicos tenemos que celebrar la Palabra en ausencia de presbítero"

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La Moraña es una comarca situada al norte de la provincia de Ávila. Ana Isabel Velázquez vive en uno de sus pueblos, Fontiveros, donde habitan unas 740 personas.Tan solo tres sacerdotes se ocupan de un total de 25 pueblos de La Moraña, lo que refleja el drama de la falta de vocaciones en la Iglesia.

Este déficit de presbíteros impide que todos los municipios puedan celebrar la Eucaristía dominical cada semana, siendo necesario elaborar un calendario para decidir las localidades que, esa semana, no contarán con la presencia de un cura para oficiar la Misa.

Cuando se da este caso, Ana Isabel es una de las laicas que organiza la celebración de la Palabra en municipios como en la parroquia de San Miguel Arcángel en Cantiveros, de apenas cien habitantes: “Es una forma de mantener abierta la Iglesia, juntarnos para rezar, recibir la Comunión... Así nos vamos sosteniendo en la fe”, precisa en declaraciones a Ecclesia.

Por desgracia para tantos vecinos, en su mayoría mayores, la ausencia de sacerdotes se ha convertido en la tónica habitual en las últimas décadas, tal y como explica Ana Isabel, que compara la situación actual respecto a su niñez: “Yo recuerdo cuando era pequeña que había un sacerdote por pueblo o cada dos como mucho. Es un problema de vocaciones. Yo llevo animando la celebración de la Palabra sin presbítero catorce años”.

Pese a lo alarmante de las circunstancias, es una experiencia gratificante para Ana Isabel, quien asegura que mientras los servicios en estos pueblos es cada vez menor, la iglesia nunca cierra: “Aquí se han cerrado escuelas, cajeros automáticos, el consultorio médico solo está en Fontiveros... pero la iglesia subsiste pese a todo. La fe e las personas, las ganas de celebrar la Comunión sigue existiendo”.

Ana Isabel ha explicado que las carreteras llanas y sin curvas de la comarca animan a ciertos vecinos a desplazarse de un municipio a otro para poder asistir a Misa los domingos, en caso de que en su pueblo esa semana no pueda llevarse a cabo: “Es lo deseable, estar presentes en la Eucaristía, pero muchos son mayores y aunque quieran desplazarse, necesitan que alguien les lleve porque no conducen ya”.

Pero esta fidelidad a Dios no oculta el temor entre los vecinos de que algún día la Eucaristía deje de celebrarse en estos municipios despoblados de La Moraña a medio plazo, lo que podría suponer también el fin de las procesiones o la religiosidad popular: “Esto preocupa mucho. Por eso rezamos siempre por que haya vocaciones. Incluso tenemos sacerdotes de Colombia que han venido a estudiar a Salamanca y nos ayudan en las celebraciones, las catequesis.... es alucinante, porque antes íbamos nosotros a lugares de misión, y ahora nos mandan misioneros a nosotros”, ha manifestado Ana Isabel.

Esta comarca del norte de Ávila además esconde un rico patrimonio eclesiástico, con templos que se remontan al siglo XIV de arte mudéjar. Un patrimoni de valor que precisa de rehabilitación en muchos casos: “Tenemos unos retablos espectaculares. Cada pueblo tiene su patrón y patrona y se celebra mucho pese a que en algunos pueblos no se pueden hacer procesiones porque la gente mayor no puede llevar las andas. La gente hace sus pinitos para que eso se pueda conservar”, expresa la vecina de Fontiveros.

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