¿Quiénes son los jesuitas españoles que fueron asesinados en 1989?

Hoy se ha conocido la sentencia y la condena a 133 años de cárcel a Inocente Montano, que era coronel y viceministro de Seguridad Pública de El Salvador

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Más de treinta años después de la masacre de la UCA en El Salvador, en la que murieron cinco jesuitas españoles, entre ellos Ignacio Ellacuría, la Audiencia Nacional ha dictado sentencia. Ha condenado a 133 años de cárcel a Inocente Montano, según informa el Poder Judicial. Montano era coronel y viceministro de Seguridad Pública de El Salvador.

En su sentencia la Sección Segunda de la Sala de lo Penal considera a Montano autor de cinco delitos de asesinato de carácter terrorista (los jesuitas Ignacio Ellacuría, Ignacio Martín Baró, Segundo Montes Mozo, Armando López Quintana y Juan Ramón Moreno Pardo) por cada uno de los cuales le impone una pena de 26 años, 8 meses y un día de prisión.

La Sala, en este caso, ha optado por incluir en la condena al acusado las costas causadas por la acusación popular ejercida por la Asociación Pro-Derechos Humanos de España y la Asociación de Antiguos Alumnos del Colegio San José de la Compañía de Jesús de Valencia.

En San Salvador, la noche del 16 de noviembre de 1989, un equipo militar entró en la casa de los jesuitas de la Universidad Centroamericana (UCA) y mató a seis religiosos y dos mujeres que colaboraban con ellos en la casa: Ignacio Ellacuria, rector, filósofo y teólogo, Segundo Montes, Ignacio Martín Baró, Amando López, Juan Ramón Moreno y Joaquín López, Elba Ramos y su hija Celina. Un acto que marcó por siempre a la UCA, al Salvador y al mundo entero.

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En búsqueda de una solución pacifica

En 1989, el país centroamericano de El Salvador se encontraba en plena tensión social y llevaba años envuelto en una guerra civil y una represión generalizada, que causó el asesinato del jesuita Rutilio Grande (en 1977) y de Mons. Óscar Romero (1980).

El grupo de misioneros jesuitas de la UCA, atentos a la realidad salvadoreña y con una profunda reflexión teológica, se habían destacado por promover una solución pacífica al conflicto armado salvadoreño y por denunciar las injusticias sociales hacia los grupos mayoritarios del país centroamericano. Por su liderazgo espiritual a favor del pueblo y su voz de denuncia, resultaban incómodos para el poder político y militar de la época.

La UCA iba a cumplir veinticinco años de vida en 1990. El equipo de jesuitas que la dirigía era muy unido. Lograron hacer crecer la Universidad, siendo una de las más importantes en Centroamérica. En ella se encarnaba su amor y entrega. El rector, Padre Ignacio, afligido por los actos terroristas, aceptó la solicitud del gobierno de colaborar como mediador, criticó la ofensiva guerrillera y reafirmó su confianza en la negociación.

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"Trabajaron por la justicia, por la verdad, por la paz"

Sin embargo, el diálogo esperado por parte de los jesuitas se convirtió en terror, con la muerte violenta, en una noche, del P. Ignacio y sus compañeros. Ignacio era un hombre de ideales utópicos, opuestos a toda violencia. El contacto con los más pobres condujo a la muerte estos jesuitas, quienes así testifican la estrecha relación con el pueblo salvadoreño.

El padre César Jerez, que era provincial de los jesuitas centroamericanos a la época de los hechos, hizo una reflexión sobre los jesuitas: “Su afán no era ser promovidos ni dentro de la Iglesia ni dentro de la Compañía. Su afán era quedarse allí, trabajar allí, rendir allí. Se dedicaron a estudiar profundamente los mecanismos de la sociedad para entregarle después a los hombres y mujeres que forman la sociedad esos estudios, esos análisis, sus palabras, sus escritos. Trabajaron por la justicia, por la verdad, por la paz. Hombres de verdad ante Dios, ante los hermanos y ante sí mismos.

¿Quién eran los jesuitas de la UCA?

Padre Amando López

Padre Amando López tenía 53 años, nació en España, estudió teología en Irlanda y consiguió su doctorado en Ciencias de la Religión en Francia. Rector del seminario interdiocesano de San Salvador, posteriormente rector del Colegio Centroamericano y de la UCA de Managua, Nicaragua. Su carisma fue un regalo de consejo, felicidad y ternura.

Padre Ignacio Martín-Baró (Nacho)

Ignacio "Nacho" Martí-Baró tenía 47 años, era español, había sido novicio en El Salvador y estudiante de humanidades y filosofía en Ecuador y Colombia, de teología en Alemania y Bélgica. En la UCA obtuvo una licencia en Psicología Social y un doctorado en los Estados Unidos. Publicó 11 libros e innumerables artículos. Vicerrector académico, maestro de los psicólogos salvadoreños, vivió atento a los problemas de los pueblos, a las consecuencias psicosociales de la violencia, a la religiosidad liberadora.

Padre Ignacio Ellacuría

Ignacio Ellacuria tenía 59 años, era español, salvadoreño por adopción como sus compañeros jesuitas, desde que ingresó al noviciado de Santa Tecla a los 19 años. Doctor en Filosofía, teólogo, rector de la UCA durante 10 años. Su rigor intelectual, su claridad en el análisis de la realidad, su creatividad para soluciones profundas e inmediatas, lo convirtieron en un interlocutor obligado para religiosos, intelectuales y políticos y su fama trascendió las fronteras centroamericanas. Invitado a congresos y conferencias, recibió muchos premios en el extranjero, que aprovechó para reclamar justicia para su pueblo.

Padre Joaquín López y López

Joaquín López y López tenía 71 años y era el único nativo salvadoreño. Había estudiado en los Estados Unidos y en España. Su vida la pasó entre el Colegio San José y la UCA; En los últimos veinte años se había dedicado a "Fe y Alegría". Gracias a esta institución, 48 mil niños, niñas y adolescentes recibieron educación en 30 centros.

Padre Segundo Montes

Segundo Montes, de 56 años, era español. Doctor en Antropología Social, educador por vocación, escritor. Desde 1984 se dedicó incansablemente a los refugiados de guerra que visitó en Honduras, Nicaragua y en los Estados Unidos. Su trabajo científico y humanitario atrajo la atención internacional. Sus escritos y conferencias revelaron la cruda realidad salvadoreña.

Padre Juan Ramón Moreno Pardo (Pardito)

Juan Ramón Moreno Pardo, de 56 años, era español. Estudió filosofía en Ecuador y teología en los Estados Unidos. Su inteligencia y agudeza le habían permitido adquirir una vasta cultura. Educador de estudiantes, seminaristas y novicios, también fue un predicador incansable en los ejercicios espirituales.

Elba Julia Ramos e Celina Maricet Ramos

Elba Julia Ramos, de 42 años, era la cocinera de la comunidad jesuita en la UCA. Madre de dos hijos, estaba casada con Obdulio, el “manitas” de la comunidad. Discreta, intuitiva, siempre dispuesta a servir, su risa alegraba la cocina y el alma de todos. Celina, su hija de 16 años, acababa de graduarse de la escuela secundaria. Positiva y deportiva, estaba cerca de casarse. Esa noche, por miedo, ambas durmieron en la casa de la comunidad.

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