El Papa destaca que las Patronas de Europa ofrecen esperanza "a nuestro mundo fragmentado"

El Papa Francisco ha enviado un mensaje a los participantes del Congreso internacional interuniversitario “Doctoras de la Iglesia y Patronas de Europa en el diálogo con el mundo de hoy” en el Día Internacional de la Mujer en el que espera que los frutos de este encuentro “sean estímulo para promover esa ‘santidad femenina’ que hace fecunda la Iglesia y el mundo”. Este Congreso ha estado organizado por la Universidad Católica de Ávila (UCAV), en colaboración con la Pontificia Universidad Urbaniana y el Instituto di Studi Superiori sulla Donna del Pontificio Ateneo Regina Apostolorum de Roma.

En el mensaje, leído por la rectora de la UCAV, Mª del Rosario Sáez Yuguero, el Papa indica que “la doctrina eminente de estas santas, por la que han sido declaradas Doctoras de la Iglesia o Patronas, cobra en estos tiempos un nuevo protagonismo por su permanencia, profundidad y oportunidad y ofrece luz y esperanza a nuestro mundo, en las actuales circunstancias, tan fragmentado y falto de armonía”.

Además, el Pontífice advierte que todas estas mujeres “tienen en común el testimonio de una vida santa” porque fueron “dóciles al Espíritu, por la gracia del Bautismo, recorrieron su camino de fe a la ‘humanidad de Cristo’ que permeaba sus acciones” y ha reivindicado que “la sensibilidad actual del mundo reclama que se devuelva a la mujer la dignidad y el valor intrínseco con que ha sido dotada por el Creador”.

Profundizar en la “santidad femenina”

Por su parte, la embajadora de la Unión Europea ante la Santa Sede, Alexandra Valkenburg, ha presentado el libro “Doctoras de la Iglesia y Patronas de Europa en diálogo con el mundo de hoy” editado con ocasión del Congreso y disponible para todos los participantes.

Posteriormente, el secretario general de la COMECE, Manuel Barrios Prieto, ha señalado que la celebración del Día internacional de la mujer permite “reflexionar y sensibilizar sobre los derechos de la mujer” ya que “la paridad parece lejana todavía en nuestra sociedad”. Barrios ha alentado a profundizar en la “santidad femenina” de estas mujeres que fueron “mujeres fuertes, profetizas, que hablaron a las autoridades civiles y eclesiásticas” y ha resaltado que “su fuerza e inspiración procedió de la unión profunda en el Señor”.

Santa Brígida de Suecia y Santa Catalina de Siena

En la mesa panel sobre “Santa Brígida de Suecia: Profeta de Europa”, la hermana de la Orden del Santísimo Salvador, María Concetta Guidi, ha indicado que esta santa mujer, copatrona de Europa indica “los caminos de la paz, de la unidad y de la caridad” porque durante su vida “su voz recordó a la Iglesia su misión y su deber; y con el mismo espíritu y la misma fuerza nos sigue hablando hoy, con su mensaje que es siempre el de la plena comunión de todos los cristianos, según la voluntad de Cristo”.

En el siguiente panel, “Servir el bien común: la aportación de Santa Catalina de Siena”, el párroco de la Basílica Cateriniana de Santo Domingo en Siena, Alfredo Scarciglia op, ha destacado sobre “esta mujer única, genial, extraordinaria” el servicio que realizó “a favor de la paz” así como también “la búsqueda del bien común, del diálogo, de la justicia, de la paz tanto entre los individuos como entre los pueblos fuera y dentro de la Iglesia”.

Edith Stein

En la última mesa panel, “Por una alianza educativa: Santa Teresa Benedicta de la Cruz”, la profesora Miriam Ramos, de la Universidad Católica de Ávila, ha subrayado algunos aspectos de la vida de Edith Stein —que fue su nombre antes de ingresar en la vida religiosa— como fueron el ser una “mujer fuerte”, un conocimiento “directo “de la situación social y política de la mujer de su tiempo” y un conocimiento “práctico, de primera mano, de las dificultades y problemas de mujeres concretas, casadas y consagradas, jóvenes, adultas y mayores”.

Finalmente, ha señalado que Edith Stein propuso “un enfoque integral de la educación afectiva” que sugiere “despertar alegría por lo verdadero, por lo bello, por lo bueno; y aversión por lo falso, por lo feo y por lo malo” y concluyó que “a esto solo podrá llegarse formando su capacidad de discernimiento, para saber reconocer y distinguir qué es lo verdadero, lo bello, lo bueno, y qué no lo es”.