Maru Megina: “A este paro estructural tenemos que buscarle una solución”
La presidenta de la HOAC, Hermandad Obrera de Acción Católica, ha pasado por 'Mediodía COPE' con Pilar García Muñiz
Después de un fin de semana en el que el Papa ha sido noticia por proponer un salario universal y la reducción de la jornada laboral, la presidenta de la HOAC, la Hermandad Obrera de Acción Católica, Maru Megina, ha estado en 'Mediodía COPE' con Pilar García Muñiz.
“Afrontamos el reto preguntándonos qué tenemos que hace para llevar el mensaje de Jesús al mundo obrero”, ha indicado Megina, que lleva tres meses en el cargo. “Lo hacemos acompañando a las personas empobrecidas, acompañando en el cambio de mentaliad y trabajando por el cambio de las instituciones para que estén al servicio de la sociedad”.
El espacio del sábado del que surgieron las palabras del pontífice sirvió para reunir a asociaciones de los cinco continentes, como HOAC, y departir sobre las condiciones laborales precarias que sufren millones de personas en todo el mundo y sobre la justicia social.
En cuanto a las palabras del Papa Francisco sobre el Ingreso Básico, o Ingreso Mínimo Vital, Magu Megina cree “que el Papa nos está indicando el camino a seguir y que nosotros lo llevamos defendiendo de hace mucho tiempo. A este paro estructural tenemos que buscarle una solución”.
Sobre el otro asunto que puso Francisco sobre la mesa, en el que pedía la reducción de horas de la jornada laboral, la presidenta de HOAC ha señalado que el reparto del trabajo "es necesario. Hay que trabajar menos para poder trabajar todos. Se trata de repartir los bienes, porque los bienes universales son bienes de todos”.
"Creo que hay muchos análisis muy serios que hablan de que hay que generar un trabajo para el futuro”, ha asegurado la presidenta de HOAC. “Todas estas medidas hacen que las personas puedan plantearse un futuro el día de mañana. Si no, ¿qué van a hacer los jóvenes del mundo?"
El 3 de noviembre, HOAC cumple 75 años en España defendiendo la dignidad de los trabajadores. Nació en plena posguerra de la mano de Guillermo Rovirosa, con el propósito de poner en marcha un movimiento católico para la evangelización del mundo obrero y trabajador.
