Lugo duplica la demanda en el comedor social de San Froilán

El responsable del comedor, Miguel Gómez, explicó hoy a COPE Lugo que ha sido preciso reorganizar todo el servicio

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La demanda en el comedor social de San Froilán, de cuya atención se ocupa la Diócesis de Lugo, se ha visto «duplicada» en las últimas semanas como consecuencia de la crisis que ha provocado el parón en la economía doméstica a causa del estado de alarma para frenar la propagación del COVID-19. El responsable del comedor, Miguel Gómez, explicó hoy a COPE Lugo que ha sido preciso reorganizar todo el servicio, primero para cumplir las normas dictadas por las autoridades sanitarias, y segundo, para hacer frente a una demanda muy superior a la habitual en el comedor social. «Si antes habitualmente teníamos entre 80 y 90 usuarios, algunas familias y los traseúntes que venían a pedir ayuda al comedor, esa demanda se ha duplicado», dijo Miguel Gómez, porque a día de hoy son «entre 170 y 180» los usuarios.

En cuanto al perfil de los nuevos usuarios del comedor de San Froilán, precisó que “son sobre todo familias”, algunas con tres o cuatro hijos. «Pensamos que esta situación se produce porque es gente que se quedó sin nómina y busca ayuda para poder comer», al carecer de recursos propios para afrontar esta situación, dijo Miguel Gómez, quien también opina que la demanda es mayor porque, al estar suspendidas las clases, «los niños no tienen comedor en su colegio». Gómez quiso agradecer también «la solidaridad de muchas personas y empresas de Lugo» que han entendido la gravedad de la situación y están colaborando con donaciones. Desde su punto de vista, en situaciones como estas se ve «que Lugo es una ciudad solidaria».

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Perfil de las personas que sigue ampliándose

El Comedor San Froilán es una iniciativa diocesana que surgió con motivo del Año jubilar del año 2000 a propuesta de Fray José Gómez, Obispo de Lugo en aquel momento. Y comenzó a funcionar en diciembre de 2002 en los locales del antiguo comedor del Seminario Diocesano. El comedor San Froilán de Lugo renovó sus instalaciones en el año 2011 para atender una demanda creciente y el paso al palacio de Velarde permitió ganar espacio y operatividad. El nuevo local tiene el acceso por la calle Armañá.

El perfil de las personas que recurren al comedor se ha ampliado. Siguen acudiendo hombres sintecho o que están prácticamente en la calle y sobreviven pidiendo limosna - mujeres hay muchas menos -, pero cada vez hay más familias originarias de Lugo. Muchas tienen niños pequeños. Sirve comidas todos los días en el propio comedor a los transeúntes y a domicilio. La crisis ha influido notablemente en la actividad del comedor y familias enteras dependen a diario de la comida que sale de estos fogones.

Parte de los comensales llegan derivados por las parroquias de la ciudad donde les firman un vale de acceso. Algunas no pagan nada, pero otras, las que pueden, entregan un euro al día para contribuir al mantenimiento de un servicio que está ayudando «a paliar el hambre en la ciudad», como destacan voluntarios del comedor. En realidad, aquí no sólo se atienden necesidades nutricionales, sino también las del alma, porque los usuarios «tamén buscan que alguén escoite a súa situación persoal, agradecen que se lles comprenda sen que importe a súa procedencia, condición social ou relixión».

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