Las acciones de la Iglesia en el próximo lustro: “Una salida misionera” sin “doblegarse a las modas”

El cardenal Omella y Mons. Luis Argüello han presentado en la CEE las orientaciones y las líneas de acción del episcopado en los próximos cursos pastorales

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El presidente de la Conferencia Episcopal Española y arzobispo de Barcelona, el cardenal Juan José Omella, ha presentado junto al Secretario General del episcopado, Mons. Luis Argüello, el documento 'Fieles al envío misionero' aprobado por la Asamblea Plenaria de abril. Este documento recoge las orientaciones y las líneas de acción para la CEE en los cuatro próximos cursos pastorales (2021-2025); además de unas líneas de trabajo especialmente dirigidas a los órganos de la propia Conferencia.

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'Fieles al envío misionero' es fruto de un ejercicio de discernimiento compartido por los obispos, los órganos colegiados de la CEE y sus colaboradores para aproximarse a la realidad social y eclesial y sugerir unas orientaciones pastorales que nacen después de varios meses de diálogo.

Y es que como ha precisado el cardenal Omella, “una de las preocupaciones que tenemos es cómo transmitir el Evangelio en el mundo de hoy, y conociendo y analizando nuestra sociedad de hoy, vemos sus valores y deficiencias”, ha precisado.

"No es fácil, evangelizar nunca ha sido fácil"

“Leyendo este librito que presentamos me acordaba de esas casas grandes que tienen ya mucha historia de familias nobles, que son de piedra, pero que han pasado los años, los hijos se han marchado a estudiar y han dejado la casa abandonada. Cuando vienen a verla la miran y el tejado falla, tiene grietas... y hay que arreglarla porque el conjunto es hermoso. Eso es lo que lleva tiempo”, ha reflexionado.

Ha recordado Omella que tanto Pablo VI y luego Juan Pablo II insistían en la nueva Evangelización para el mundo de hoy, una tarea que, como ha remarcado el presidente del episcopado “no es fácil, evangelizar nunca ha sido fácil”, máxime en una sociedad como la actual que ofrece “tantas resistencias”.

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Ante ello, el cardenal Omella reclama no acobardarse y seguir “dando testimonio de la fe en Jesús, no tanto con las palabras, sino con los hechos. Cómo nuestra vida se conforma más al Evangelio que a las modas de nuestro mundo. Cómo vivimos la solidaridad, la acogida, los valores morales frente a una sociedad que promueve otros. Sin contradecir con palabras pero sí con los hechos. Yo vivo otro amor de justicia, de honradez. Es lo que da fruto”.

"Tenemos que ser valientes"

El presidente de la Conferencia Episcopal ha llamado a la sociedad a no doblegarse porque “a veces somos un poco cobardes y tenemos que ser valientes, decir con normalidad lo que uno piensa porque públicamente nos da vergüenza. Yo soy lo que soy”.

En este sentido, el arzobispo de Barcelona ha recurrido a las palabras del Papa Francisco en su entrevista con 'Herrera en COPE', en la que nos pedía reconciliarnos con nuestra propia historia. A raíz de ello, Omella pide “amar lo que eres, no ir provocando a nadie, nuestros valores son estos y los intento vivir sin imponer. No doblegarse a la moda”.



Las palabras del Secretario General de la CEE, Mons. Luis Argüello

Ha sido por su parte el Secretario General de la CEE, Mons. Luis Argüello, quien ha detallado algunos de los puntos que recoge el documento 'Fieles al envío misionero'. Un ejercicio “espléndido” que ha llevado más de dos años preparar, como ha reconocido el también obispo auxiliar de Valladolid, quien ha manifestado que se trata de “un diálogo de ida y vuelta entre directores de secretariados de comisiones episcopales, la Asamblea Plenaria o la Comisión Permanente.

“Hacemos juntos un camino en la historia y la llamada a vivir en un discernimiento de lo que el Señor nos pide en cada momento de la historia”. El portavoz de los obispos ha indicado que desde la década de los sesenta la sociedad experimentó cambios profundos en todo el mundo, lo que generó nuevos problemas que requerían de nuevas recetas.

"Una sociedad que vive como si Dios no existiera"

Miramos al contexto actual de los cambios y transformaciones de la sociedad española y en la Iglesia”, ha afirmado, aunque dejando claro que estamos ante “un estudio sociológico exhaustivo, porque ofrecimos a pie de página unos informes que analizan la realidad social, religiosa, política como es el 'Informe Foessa', el informa 'España' de la Pontificia Comillas, los estudios de SM del 2017 y los dos publicados en 2021”.

Mons. Luis Argüello ha precisado que en el informe se “mira con preocupación y al mismo tiempo con benevolencia una sociedad que vive como si Dios no existiera. Es la raíz profunda de lo que luego los analistas dibujan como la gran desvinculación”. Una desvinculación, denuncia el portavoz de la CEE que ha supuesto “un triunfo de las ideologías sobre la realidad”.

“Hay una desvinculación del otro, haciendo fácil la ruptura de cualquier alianza o vínculo. Una desvinculación del mismo Dios”, ha sostenido. Añadía que esta situación de desvinculación genera desconfianza, lo que a su vez genera enfrentamientos que llegan a convertirse “en una estrategia”.

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"Transformar los inevitables enfrentamientos del día a día en diálogo"

En este punto, el Secretario General de la CEE ha hecho también alusión a las palabras de Francisco a Carlos Herrera sobre la reconciliación, al ser necesario para el bien común: “Aceptar un vínculo fundante. Aceptar los dones recibidos y un don que genera confianza. Transformar los inevitables enfrentamientos del día a día en diálogo”.

Mons. Argüello ha hecho referencia a tres aspectos que invaden nuestra sociedad actual, como son “el nuevo capitalismo neoliberal global, la situación de la comprensión de la persona, la falta de certezas, la confusión antropológica y cómo esto tiene un punto donde se expresa con especial virulencia, que es en la comprensión de la familia”.

Para el portavoz de los obispos, el “nuevo capitalismo neoliberal global y sus tradiciones históricas está influyendo en el Estado del Bienestar”. Por su parte, considera que el giro antropológico, la desvinculación o destrucción de los lazos familiares elementales o reducir la persona a individuo “tiene un elemento catalizador donde se expresan todas las crisis”.

Por eso, reconoce que en el interior de la Iglesia hay despistes y divisiones internas cuando se piensa que “los asuntos familiares o asuntos relacionados con la cultura de la vida son de una dimensión de la moralidad”, mientras que “los asuntos políticos como el capitalismo global, las migraciones, la organización del común, la subida del precio de la luz o la transición ecológica son de otra carpeta, de otro apartado”.

Asimimo, Argüello cuestiona que “a veces podemos ser progres o conservadores en una de las carpetas y lo contrario en otras, cuando en realidad la propuesta que nace de la fe y la que se ve en la cultura dominante es una propuesta integral de economía, sistema político, de comprensión de la familia vinculada al amor y a la transmisión de la vida en momentos de 'invierno demográfico' tan sorprendentes”.

"Una verdad sin amor es un fundamentalismo desarmado"

Al hilo de este asunto, el obispo auxiliar de Valladolid ha hecho referencia a los nuevos derechos que el “progresismo cultural” promueve y que, reconoce, nacen de exigencias humanas, porque “en todo corazón hay una necesidad afectiva, un deseo de maternidad y paternidad. Todos queremos la solución del dolor y de la muerte aunque se busque a veces la solución del dolor por el camino de aniquilar al que sufre o vencer a la muerte convocando los grandes poderosos del mundo a los mejores científicos para vencer a la muerte en este proyecto llamado transhumanista, que en realidad es poshumano, que quiere quitar al hombre y su dignidad del centro mismo de la historia”, ha subrayado.

Ideas que, asegura, despistan, siendo el motivo por el que tantos jóvenes se sienten atraídos por estas propuestas de nuevos derechos del progreso cultural, “porque responden a un secreto”. Así las cosas, para Mons. Argüello el desafío es “acoger a los que tienen estas inquietudes y no hacerles una etiqueta que les tache desde el principio, para acoger y dialogar y para eso tiene que ser posible el diálogo, pero por desgracia hoy la propuesta cultural dominante que se hace en nuestro parlamento, los proyectos legislativos creen que la propuesta de diálogo lleva consigo comportamientos fóbicos, cuando es todo lo contrario. Es amar a la persona en la verdad de lo que es, de su diversidad, no es fobia sino la fuente misma de una acogida amorosa, un amor de la verdad. Amor y verdad son inseparables, sino es algo blandengue. Una verdad sin amor es un fundamentalismo desarmado”, opina.

Por ello, reconoce entre los problemas externos la “cultura dominante” que no solo acontece en España, sino que “en las iglesias de toda Europa veíamos esa problemática de la antropología, de la compresión de la familia, del capitalismo global que nos influye en todos los sitios. Se hacen proyectos legislativos que proponen un inicio de nuevo, un comenzar de nuevo en una propuesta constructivista en la pedagogía y antropología”, recalca Argüello, quien sostiene que desde la ley educativa de 1990 España vive un sistema educativo de “peagogía constructivista”.



Comunión en lo esencial y romper con la mundanidad

“Cambiar las legislaciones respecto al aborto, las familias, respecto a la comprensión de lo humano es un proyecto global acompañado por series de televisión, por ídolos deportivos y musicales, propuestas que empapan todo lo cotidiano. Al mismo tiempo que hacemos el anuncio de que la historia está sostenida y que la tierra está habitada por un rostro que nos ha regalado su nombre, a lo largo de la historia del pueblo santo de Dios en la primera y segunda alianza”.

“Desde ahí reconocemos las dificultades ambientales o internas, que las llamamos falta de comunión en aspectos esenciales, que lo llamamos falta de salida misionera a la plaza pública. Reconocemos esto y por eso hay unos acentos de nuestra búsqueda compartida. Salida misionera en la plaza pública. Comunión en lo esencial y romper con la mundanidad, que viene subrayada en cómo aparecen en los medios de comunicación realidades que duelen tanto como las de los abusos, la manera de administrar los bienes. Estamos haciendo esfuerzo de transparencia, de purificación, de prevención y acompañamiento pero reconocemos que es una dificultad a la hora de querer ser testigos en la plaza pública. Como queremos romper con la mundanidad, afortunadamente no depende el anuncio del Evangelio de nosotros, sino del Señor. El Señor nos quiere transparentes, nos llama a la conversión, pero mal haríamos si confiáramos en nuestros papeles, en nuestras estrategias, en nuestra coherencia la suerte del Señor y de la Iglesia, la suerte de la Evangelización”, ha manifestado en la presentación del documento Mons. Luis Argüello.

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