Jordi Sabaté recuerda cuando una trabajadora social le ofreció la eutanasia: "Es inhumano, rozando lo maligno"

Desde hace ocho años Jordi Sabaté padece ELA, enfermedad incurable. Desde sus redes sociales, ha reivindicado ayudas públicas que ayuden a los pacientes terminales a vivir

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Jordi Sabaté tiene 38 años. Hace ocho que padece ELA, enfermedad incurable que arrebata la vida del paciente en una media de tres años. El coste medio para afrontar la enfermedad es de unos 60.000 euros. No obstante, en España se da la circunstancia de que no existen ayudas públicas para cuidar a estos enfermos terminales.

En un vídeo publicado por el propio Jordi Sabaté desde su cama y rodeado de las máquinas vitales que le mantienen en este mundo, ha demandado ayuda a la sociedad y a la clase política “para que exista el derecho a poder vivir” pese a que un paciente no cuente con recursos económicos para sufragar el tratamiento.

“Denuncio el sistema impuesto en España y reivindicar para que cambie. Te pido que te suscribas a mi canal y compartas el vídeo en las redes para salvar vidas”, ha expresado en el vídeo.

Sabaté sabe bien de lo que habla, ya que recientemente recibió la visita de una trabajadora social que le ofreció la eutanasia. No obstante, antes de explicar lo ocurrido, el paciente de ELA, muy activo en sus redes sociales para defender los derechos de los enfermos terminales, ha defendido que “la inmensa mayoría de las trabajadoras sociales son maravillosas personas, con vocación de servicio público”.

En un mensaje que el catalán logra verbalizar gracias a una máquina que lee el movimiento del iris, ha explicado que hace unos meses le hicieron un traqueostomía para poder respirar mediante un tubo clavado en la traquea. Poco después, recibió por sorpresa la llamada de una trabajadora social, que le comunicó que acudiría a su domicilio.

“Lo vi raro porque desde que tengo ELA solo dos veces me vi con una trabajadora social. Pensé que quizás vendría par ofrecerme alguna ayuda interesante para vivir”. Pero nada más lejos de la realidad. Una vez que la trabajadora social se desplazó a su vivienda, pudo comprobar el estado en el que se encontraba el paciente. Encamado y rodeado de máquinas que le mantenían con vida.

“La trabajadora social se sienta a mi lado junto a las máquinas de soporte vital y me dijo que en España ya existía la ley de la eutanasia. Vengo par preguntarte si quieres recurrir a la eutanasia cuando no puedas comer por ti mismo, respirar por ti mismo y dependas de una máquina”.

Jordi Sabaté no daba crédito a las palabras de la trabajadora social. Pensaba que se trataba de una broma de mal gusto pero, al comprobar que no era así, el joven le contestó: “¿Pero no ves que no como por mí mismo y no respiro por mí mismo? Estoy vivo gracias a las máquinas que tengo”.


Su sentimiento era de rabia, impotencia y asco, tal y como ha reconocido en el vídeo: “Me vinieron ganas de insultarle duramente pero soy una persona educada”. Ante la respuesta que le facilitó Sabaté a la trabajadora, esta no supo que responder.

El catalán le preguntó a su vez si no tenía algún tipo de ayuda que le pudiera ofrecer para seguir viviendo. La respuesta de ella fue desoladora: “Me dijo que lo sentía, pero que no había ayuda para vivir. Acabó la conversación y se fue de casa. Le dejé claro que no quería recurrir a la eutanasia”.

Tras recordar aquel episodio, Sabaté ha calificado de “inhumano, rozando lo maligno” que pese a que los trabajadores sociales disponen de toda la información del paciente, “vengan a tu domicilio a ofrecerte la muerte como si fueran comerciales de la muerte. No es justo que no haya ayudas para vivir. He conocido cientos de enfermo y el 99% desean ayudas para vivir hasta el último aliento. Es un delito contra la vida y sobre el derecho a vivir”, ha reflexionado el paciente de ELA al final del vídeo.

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