Jesús Abad: "El diaconado permanente ejerce su servicio en los ámbitos fundamentales de la Iglesia"

La archidiócesis de Zaragoza tiene nueve aspirantes al diaconado permanente y el sacerdote zaragozano explica los requisitos que deben cumplir los candidatos a este ministerio

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La archidiócesis de Zaragoza tiene nueve aspirantes al diaconado permanente, que están siguiendo un itinerario formativo para ello. Jesús Abad, sacerdote, párroco de la Parroquia de San Braulio de Zaragoza y director para la formación del Diaconado Permanente, ha concedido una entrevista al portal Iglesia en Aragón, en el que explica los requisitos que deben cumplir los candidatos a este ministerio poco conocido y las funciones que pueden desempeñar en todos los ámbitos de la Iglesia.

Jesús Abad comienza su intervención defendiendo que “el diácono, en cuanto ministro ordenado, participa del ministerio de Cristo y es, en la Iglesia, signo sacramental especifico de Cristo servidor. Ejerce su servicio en los ámbitos fundamentales de la Iglesia: la palabra, la liturgia y la caridad”.

En referencia a los requisitos que debe reunir un aspirante a diácono permanente ha explicado que “la edad mínima para el candidato célibe es 25 años y 35 para el candidato casado. Y la edad máxima alrededor de los 60 años. Los candidatos casados tienen que tener el consentimiento de su esposa y un tiempo mínimo de cinco años de vida conyugal. También sería conveniente consultar a los hijos mayores. Además, tienen que estar integrados en la comunidad cristiana donde desarrollaran su actividad pastoral. También tienen que tener asegurado el trabajo y el sostén vital digno para ellos y su familia, porque su servicio es gratuito. Un diácono no puede contraer matrimonio después de ser ordenado. Además deben tener los estudios de Ciencias Religiosas de tres años de formación”.

Pueden servir en todos los ámbitos de la Iglesia

Sobre las funciones principales de un diácono permanente, Abad expone que “pueden servir en todos los ámbitos de la Iglesia. Pueden proclamar el Evangelio y predicar la Palabra, además de ser catequista. También pueden presidir los sacramentos del bautismo y matrimonio y los ritos exequiales; presidir la Liturgia de las Horas y la oración del Pueblo; bendecir personas y cosas; asistir al obispo y al presbítero en la celebración de la Eucaristía; predicar la homilía y distribuir la comunión. Por último también pueden participar en Cáritas y demás instituciones de servicio a los pobres y atender a los enfermos en la Pastoral de Salud. Algunos tienen responsabilidades más concretas en Delegaciones Episcopales y en la Capellanía del Cementerio. Aunque todos trabajan en las parroquias de la diócesis”.

Posible solución a la falta de vocaciones

Atendiendo a la falta de vocaciones sacerdotales, estas dejan a miles de parroquias sin un párroco propio. Para Abad el diaconado permanente puede ser “un servicio muy cualificado que colabore con los sacerdotes tanto en la ciudad como en los pueblos. De hecho, ya se está haciendo en la archidiócesis de Zaragoza y va teniendo su importancia”.

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