El centro 'Vicente Ferrer': el colegio de Educación Especial de Madrid que potencia la autonomía de sus alumnos y el amor al prójimo

El centro, ubicado en San Sebastián de los Reyes, está dedicado a transformar vidas y a forjar un camino hacia la inclusión para 174 alumnos con necesidades educativas especiales: 'Solidarios' conoce el día a día de sus aulas 

José Melero Campos

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En la localidad madrileña de San Sebastián de los Reyes se encuentra el Colegio Público de Educación Especial 'Vicente Ferrer', un espacio dedicado a transformar vidas y a forjar un camino hacia la inclusión para 174 alumnos con necesidades educativas especiales.

El centro es algo más que una escuela, es una segunda familia para los alumnos, según su directora, Marisa González de León, en el programa 'Solidarios por un bien común'.

“Nos consideramos como otra familia más. La preocupación ya no es solo cómo va mi hijo en el cole, sino cómo puedo trabajar con él de la misma manera en casa y viceversa”, ha explicado.

El trabajo diario en 'Vicente Ferrer' se centra en el esfuerzo y dedicación por parte de todo el personal, desde docentes hasta enfermeros y fisioterapeutas. Patricia, profesora de Religión, resume la esencia del día a día.

“Nuestro objetivo primordial es que adquieran autonomía. Trabajamos habilidades sociales, autoestima y formas de comportamiento para que puedan desenvolverse en la vida como todos nosotros”.

La rutina es clave para los alumnos. Comienzan con una asamblea en la que organizan sus actividades del día: desde sesiones de fisioterapia hasta talleres de cocina o clases de música. Cada actividad está diseñada para potenciar sus capacidades y habilidades, promoviendo su desarrollo integral.

Vanessa Martín, una de las enfermeras del centro, destaca el papel esencial que juega su labor: “Aquí atendemos las necesidades diarias de los chavales, desde alimentación hasta medicación. Pero más allá de lo clínico, es saber tratarles, saber hablar con ellos. Esto no te lo enseñan en la carrera”, ha precisado.

 Terapias que transforman vidas  

La fisioterapia es una parte integral de la rutina de muchos alumnos. Irene González y Paula de Gracia, fisioterapeutas del centro, explican cómo ayudan a los niños con discapacidades motoras. “Es muy importante que los niños que no pueden ponerse de pie lo hagan porque tiene beneficios a todos los niveles: mejora su función respiratoria, disminuye el estreñimiento y favorece la atención y la concentración”.

La tecnología también tiene un papel destacado en el centro de educación especial 'Vicente Ferrer'. La sala multisensorial es un espacio equipado con herramientas de última generación, como columnas de burbujas y fibras ópticas. 

Según Patricia, este espacio no solo estimula los sentidos de los niños, sino que también fomenta la relajación y la interacción social. “Aquí trabajamos el autocuidado, el amor propio, y el cuidado al prójimo. En cada gesto, reconocemos una intención comunicativa y les ayudamos a conectar con su entorno”.

 Talleres formativos para preparar a estos alumnos al mundo laboral  

 

A partir de los 16 años, los alumnos participan en talleres formativos diseñados para fomentar su autonomía personal y laboral. Patricia ha explicado que “tenemos proyectos como el taller de comedor, donde aprenden a manipular alimentos, o el taller de compras, que les enseña habilidades sociales y manejo de dinero. También realizan prácticas en empresas, preparándolos para una posible inclusión en el mercado laboral”.   

Los propios alumnos describen con entusiasmo sus tareas en el comedor: “Preparar las bandejas, cortar el pan, llenar las jarras de agua... También hacemos el desayuno para los profesores. Es una responsabilidad que nos hace sentir bien”.

 La música como vehículo para potenciar su confianza

Para Lara, profesora de Música, su asignatura es un puente hacia la confianza y la expresión personal: “He pasado el primer trimestre creando un vínculo con mi alumnado. Ahora trabajamos aspectos musicales centrados en potenciar sus puntos fuertes. Verles entrar con ganas y sentirse protegidos aquí es maravilloso”.

Más que una escuela, un espacio humano y espiritual

El impacto del 'Vicente Ferrer' se extiende más allá de las aulas, tocando las vidas de las familias de los alumnos. Patricia señala el reto emocional que enfrentan muchas familias al llegar al centro.

“Cuando les dicen que su hijo tiene que ir a un centro de educación especial, es como un duelo. Les acompañamos en ese proceso, mostrando lo que hacemos y creando un contacto continuo”.

La educación en este centro no es solo académica; es profundamente humana y espiritual. Patricia lo resume de manera conmovedora.

"Yo en mi clase de religión transmito valores, trabajo con ellos desde la estimulación, a través del tacto, a través de las caricias, el autocuidado, que aprendan a quererse, el cuidado al compañero, al prójimo”.