Cáritas alerta que el 23% de los españoles han reducido su presupuesto para hacer la compra por la inflación

Con motivo del Día Mundial de la Alimentación, la entidad de la Iglesia advierte la pandemia, las guerras y los desastres naturales han aumentado el número de personas desnutridas

Tiempo de lectura: 3’

Los efectos de la pandemia, las guerras y los desastres naturales han provocado que un total de 828 millones de personas estén desnutridas en el planeta, lo que supone 150 millones de personas más respecto al 2021. Es la conclusión que se extrae del último informe FAO 2022. A esta cifra se suman los 3.100 millones de individuos que no pueden permitirse una dieta saludable como consecuencia del encarecimiento de los alimentos. Son datos que ha aportado Cáritas este viernes, de cara a la celebración delDía Mundial de la Alimentación el 16 de octubre.

En España, los efectos de la crisis económica empiezan a ser patentes: se estima que el 23% de la población ha tenido que reducir gastos en alimentación por problemas para llegar a final de mes. Ese porcentaje escala hasta el 59% cuando se trata de hogares en situación de exclusión social, según el último informe FOESSA presentado a inicios de este año con datos a partir de una encuesta realizada en 2021.

“La subida de la cesta de la compra supone un problema para miles de personas, que, con economías precarizadas, viven la angustia de no poder llevar una buena alimentación a sus hogares. Se trata de otra cara de la pobreza que somete a las personas a unas condiciones de maltrato personal y colectivo que deterioran, no solo la salud física y cognitiva, sino también la psico-emocional”, señala María Martínez, perteneciente al programa por el derecho a una alimentación saludable, sostenible e inclusiva de Cáritas.


Más de 1,2 millones de personas atendidas

El año pasado, las setenta Cáritas diocesanas atendieron las necesidades básicas de 1.287.382 personas en situación de vulnerabilidad. Esta cifra es un 20 por ciento superior a la registrada antes del inicio de la pandemia.

Las personas que están acudiendo a Cáritas tienen trabajos precarizados o están en desempleo. Tampoco cuentan con redes de apoyo y muchas veces arrastran también una concatenación de problemas, como falta de formación, viviendas precarias, ingresos mínimos o prestaciones que no llegan o casi siempre son insuficientes. “La comprensión de estos problemas estructurales nos exige una atención necesariamente integral, planificada y coordinada entre los diferentes sectores implicados públicos y privados”, recuerda María Martínez.

Crisis alimentaria en Sahel y Cuerno de África

El informe de la FAO 2022 sobre el Estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo no deja lugar a dudas: el mundo está retrocediendo en sus esfuerzos por contener o reducir el hambre y está muy lejos de poder conseguir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 en materia de acceso a una alimentación sana y adecuada.

El acceso a la alimentación es un derecho especialmente vulnerado en África. Cerca de 278 millones de personas pasan hambre en este continente olvidado. Ante esta realidad, Cáritas Española ha puesto en marcha una campaña de captación de fondos para atajar la grave crisis alimentaria que se está produciendo en las regiones del Sahel y el Cuerno de África.

En el Cuerno de África -región que incluye Etiopía, Somalia, Eritrea, Djibouti, Sur Sudán, Kenia y Sudán-, la sequía más severa y persistente de los últimos 70 años está afectando directamente a 36,1 millones de personas, incluyendo 24,1 millones en Etiopía, 4,2 en Kenia, y 7,8 en Somalia, donde se estima que durante este mes de octubre se alcanzará la situación de hambruna.

Hasta un total de seis cosechas consecutivas fallidas por la falta de lluvia, el agotamiento de las reservas de agua, la muerte de casi cuatro millones de cabezas de ganado por falta de pasto y agua, y la subida de un 73% de los precios de los cereales provocada por la guerra en Ucrania, componen un escenario imposible de sobrellevar para las familias, cuyos recursos están agotados.

Según la Oficina de Acción Humanitaria de Naciones Unidas (OCHA), en este 2022 se llegará a la cifra récord de 18 millones de personas en riesgo severo de hambruna, principalmente en Burkina Faso, Mali, Níger y Chad. Por otro lado, más de 6 millones de niños y niñas de estos países habrán sufrido desnutrición severa según UNICEF, lo que convierte a la región del Sahel como una de las zonas del planeta que va a ver más empeorada la vida de su población.

La principal razón de este aumento del hambre es el incremento de la población desplazada que huye de los conflictos interétnicos que sacuden estos cuatro países. Actualmente se calcula que cerca de tres millones de personas han tenido que abandonar sus hogares. Por otro lado, estos cuatros países -Burkina Faso, Mali, Níger y Chad- son los más vulnerables ante el cambio climático con sequías e inundaciones recurrentes que destruyen y anegan las cosechas aumentando de ese modo la inseguridad alimentaria de miles de hogares.

Además de las razones políticas internas y a la medioambientales, la crisis de la covid-19 ha supuesto que numerosos hogares hayan visto reducidos sus ingresos, principalmente los encabezados por mujeres, aumentado más si cabe la brecha con respecto a los hombres. Tras empezar a ver mejorada la situación, la guerra de Ucrania ha supuesto una reducción de cereales en el mercado internacional y, por tanto, un aumento de su precio, lo que ha tenido consecuencias desastrosas para numerosas familias.

Religión