Alberto Mangas sobre la Campaña por la Justicia: “Debemos intentar ajustar un mundo injusto”

Mangas ha señalado que "en la Campaña por la Justicia en las relaciones Norte-Sur llevamos más de 33 años denunciando los crímenes contra la humanidad y sus causas"

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“Este año hemos hecho incidencia en nuestra campaña en el hecho de la guerra. Como la guerra de Ucrania es el centro de atención pública, lo cual es verdad que merece atención, queremos destacar las otras dos grandes guerras que existen en la humanidad. Por una parte, la guerra del hambre, que es permanente y forma parte intrínseca de nuestra campaña desde hace más de 30 años y por otra parte las otras guerras olvidadas por los medios de comunicación, que son más de 60 y 70 guerras olvidadas en el mundo”, con estas palabras se ha expresado Alberto Mangas, integrante de Campaña por la Justicia, en una entrevista con ECCLESIA.



Hoy el crimen de la guerra se extiende y perpetúa en su mayoría bajo un manto de silencio en los grandes medios de comunicación. Es difícil encontrar un rincón del planeta en paz. En Yemen, en Palestina, en Afganistán, en Etiopía, en Sudán, en Haití, en Myanmar… y en multitud de lugares adquieren diferentes formas: guerras de información y de conocimientos, guerras civiles, guerras del narco y de las mafias… Cada guerra tiene su interés geoestratégico, su marco de poder y su reguero de víctimas. Estudiar a quiénes les benefician da muchas pistas sobre ellas. Hablar de unas sí y otras no, se ha convertido en otra forma de hacer la guerra.

Ajustar un mundo injusto

Mangas expresa que “unimos las causas de la guerra del hambre con la de estas guerras, que son fundamentalmente el afán de poder y el lucro, tanto en la geoestrategia como en la economía. Este es el eje del comunicado de este año en el que venimos a decir que Jesús vino a nacer en un pesebre y esa revolución del nacimiento de Jesús, pobre y humilde en un pesebre, da motivos para luchar por la justicia, para ejercer la caridad política y eso es intentar ajustar un mundo injusto”.

Bombas que no emplean balas

Muchas de estas guerras provocan además millones de desplazados, que se encuentran en su camino con los muros de la indiferencia, con los muros de la injusticia, con la muerte en los mares y desiertos… Además de la miseria y la pobreza, las guerras llevan aparejadas en la economía otras consecuencias letales que van mucho más allá de los territorios en conflicto como el endeudamiento y la subida de precios. “Hay bombas que no emplean balas”, indica.

Voluntad política para acabar con las guerras

En estos años de Campaña solidaria la entidad ha denunciado el expolio de materias primas al mundo empobrecido. Un robo que se ha prolongado en el tiempo con una colonización económica, política y cultural sin precedentes. Las mismas instituciones implicadas en este expolio -multinacionales, intermediarios y comercializadoras de la energía, grandes corporaciones financieras…- son las que sostienen, en lo profundo, este estado de violencia. “Hemos dicho siempre alto y claro que lo único que mantiene las guerras, es la falta de voluntad política para acabar con ellas. Es más, las grandes potencias, y la UE con ellas, no han hecho más que legitimarlas una y otra vez. Por lo visto hay guerras justas y otras que no lo son en función de mezquinos intereses geopolíticos, de los que no se dice nada a la población”, afirman.

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