La historia de amor de un seminarista de Vitoria: "Está locamente enamorado"

En Aleluya hemos hablado con Luis Eduardo Ruiz sobre la influencia de entrar al Seminario: "Es muy importante el testimonio de aquellos que van por delante de nosotros"

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El 19 de marzo, solemnidad de San José, se ha celebrado el Día del Seminario. Este año bajo el lema, 'Padre y hermano, como san José'. El objetivo de esta jornada es reflejar la figura de San José, en los sacerdotes, en un año en el que, si cabe, este santo ha tomado un mayor protagonismo tras declarar el Papa el Año de San José. En Aleluya hemos hablado con Luis Eduardo Ruiz, que nació en Colombia y vive en el Seminario de Vitoria. "La vocación se descubre en la medida en que tenemos un encuentro personal con el Señor", ha asegurado el seminarista. Además, ha recordado que todos los cristianos y bautizados están llamandos a tener un encuentro personal con Él.

A día de hoy, Luis Eduardo está caminando junto a un acompañamiento "que es necesario y apropiado para confirmar esta vocación", ha explicado. Hasta que él no reciba las ordenes sagradas, la Iglesia oficialmente no puede confirmar su vocación al ministerio sacerdotal. "Ahí seguirás la formación para luego recibir los ministerios y finalmente el sacerdocio", ha subrayado el seminarista.

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El paso de darle el Sí al Señor no siempre es facil. Luis Eduardo ha manifestado que cuando nos llama a seguirle y a estar con Él, nunca nos dice que es fácil. Pero, el seminarista ha querido remarcar que "Él mismo nos ayuda a ensanchar el corazón y a poder ser generosos en las cosas que nos va pidiendo. No es tan fácil, pero el mismo Señor nos va capacitando".

La Iglesia ha celebrado San José, padre de Jesucristo. En un día como el Día del Padre es oportuno referirse a San José como modelo para padres y esposos de las familias actuales. Esposo de la Virgen María, padre adoptivo de Jesús y patrón de la Iglesia universal. Así que Luis ha expresado que "tal vez para él muchas cosas no fueron tan comprensibles, pero San José tenía un gran corazón. Siempre estuvo dispuesto y atento a esa voluntad del Señor".

La historia de amor que está creando el Señor con Luis Eduardo

Para Luis, la decisión de entrar al Seminario ha influido con el ejemplo de algún que otro sacerdote u obispo. "Cuando se aprende a querer a la Iglesia es muy importante el testimonio de aquellos que van por delante de nosotros", ha manifestado el seminarista.

La manera de ser del Papa Benedicto XVI le llegó mucho. Además de su gran testimonio, es un hombre con humildad, oración y reza por todos. Otra de las personas que le ha marcado en su camino es el obispo de Vitoria, Mons. Juan Carlos Elizalde. Lo ha definido como un hombre muy trabajador en su diócesis.

La historia que el Señor está haciendo con Luis Eduardo es una historia de amor:"El Señor esta locamente enamorado de nosotros", ha subrayado el seminarista. Además, lo ha querido explicar de una manera especial: "Hace muchos años alguien me dijo que la historia de Dios con cada uno de nosotros es como cuando una mujer está haciendo un tejido y en el suelo está jugando su neito. El pequeño mira hacia arriba por la parte interior del tejido y ve algo que no entiende, pero si se pone de pie ve algo que es muy bonito".

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"La vida de un seminarista es una vida cómoda"

"La vida de un seminarista es una vida cómoda, que relativamente tiene sus dificultades como cualquier estilo de vida", ha expresado Luis Eduardo. Ellos están viviendo en Seminarios donde tienen todo. "En medio de toda la realidad hay momentos de dificultad con compañeros o el apostolado que estés haciendo, pero Él siempre nos ayuda a salir adelante", ha especificado el seminarista.

No están aislados del mundo, pero se dan cuenta, comparandolo con otras personas, que la vida de uno es muy buena: "Hay gente que lo pasa muy mal. Ahora se han quedado sin trabajo por la pandemia, tienen que buscar refugio, largas colas en Cáritas para poder alimentarse...". El seminarista ha querido dejar claro que esta comodidad de la que está hablando le invita a tener mucha responsabilidad con toda la realidad.

El horario de un día de Luis Eduardo es el siguiente: se levanta a las seis y media de la mañana y van a la capilla para hacer la primera oración de la mañana, después tienen el desayuno, las clases, la oración, la comida... y luego pueden descansar, hacer deporte o estudiar. Más tarde, hacen la oración de la tarde, cenan y antes del descanso nocturno tienen la última oración del día.

En los Evangelios vemos que es Jesús el que elige sus discípulos. Por eso, hemos hablado con Luis Eduardo y le hemos preguntado por qué cree que se fijo en él. A esto, ha contestado que "el Señor nos mira a todos por igual, con los mismos ojos de amor. Desde la humildad da gracias por fijarse en él y por poder llegar a ser sacerdote".

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