El belén viviente más grande de Europa lo hacen presos

Los presos de la cárcel de Braga, en Portugal, han construido el mayor belén viviente de toda Europa

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La Navidad es tiempo de belenes y aunque lo más común es que sean de figuras de arcilla o de plástico, también hay quienes deciden ser los "protagonistas" del propio belén. Se trata de los belenes vivientes. Los presos de la cárcel de Braga, en Portugal, han construido el más grande de toda Europa. Una representación que, incluso, cuenta con la participación de una familia musulmana. 

Este Nacimiento se puede ver en un pueblo cercano a Braga, en Priscos. Cuenta con 90 escenas representadas en las que, incluso, participa una familia musulmana que llegó a Braga desde Mozambique. Niños de 2 meses o un hombre de 92 años también son protagonistas de este belén viviente. Incluso, el Papa Francisco envió hace dos años al cardenal italiano Lorenzo Baldisseri para que conociera de primera mano la experiencia.

El artífice de este singular belén, en el que participan la mitad de los 1.300 habitantes de Priscos (a 7 kilómetros de Braga) es el párroco del pueblo, João Torres.

El párroco ha asegurado para EFE que cada edición recibe una media de 100.000 visitantes. Además, ha resaltado que "en estos tiempos en los que parece que es ilegal hablar de Dios, hay que legalizar el nacimiento de Jesús". Una actividad que cuenta con el objetivo de favorece la insercción social de estos presos. Estos trabajan durante todo el año y diariamente en la construcción de los diferentes escenarios del belén y "hasta la fecha ya pasaron por estos trabajos 26 reclusos".

El objetivo es que "ese espíritu natal, donde las personas son más cariñosas, se proyecte a lo largo de todo el año para que así, nazcan nuevas formas de vida", argumenta el cura en un símil con el nacimiento de Jesús. Los reclusos que participan en el programa pueden trabajar en el proyecto a diario entre las 08.30 y las 17.00 horas, cuando regresan a la prisión.

También ha sido importante en el desarrollo de esta iniciativa la implicación social de Braga, ya que la propuesta ganó la modalidad de "presupuesto participativo", un modelo de los ayuntamientos lusos en el que los propios vecinos eligen cada año un proyecto presentado por los habitantes para que sea financiado con fondos municipales.

En su afán integrador, el belén de este año será un homenaje a los bomberos voluntarios portugueses que, de manera especial, trabajaron en la extinción de los fuegos de 2017, en los que fallecieron 111 personas.

Este es un proyecto financiado por el Ayuntamiento de Braga, y en él cada recluso recibe un salario mensual de 420 euros, "que les sirve para reconstruir su propia vida".

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