Los religiosos que llevan cinco años luchando contra el ébola en África

Los Hermanos de San Juan de Dios recuerdan la situación crítica: "Menos disponibilidad de personal sanitario especializado"

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Los hospitales de San Juan de Dios en Liberia y Sierra Leona recuerdan en el 5º Aniversario de la epidemia del Ebola que la situación sigue siendo crítica. Desde los hermanos San Juan de Dios pauntan que hay "menos disponibilidad de personal sanitario especializado". 

El Doctor Senga R. Omeonga, superviviente de Ebola y pilar fundamental en la reapertura del Saint Joseph’s Catholic Hospital de Monrovia: "Aprendimos muchas lecciones durante la epidemia de Ebola, principalmente el IPC, que significa control y prevención de enfermedades infecciones, además del entrenamiento del personal sanitario, que no fue fácil, pero ahora está mejor preparado para el presente y el futuro”.

Un centro, fundado por los hermanos San Juan de Dios, que en verano del 2014 tuvo que cerrar sus puertas tras el contagio y muerte de algunos sanitarios, entre ellos el Hermano Miguel Pajares, enfermero y superior del centro.

Lecciones aprendidas

Hace cinco años, el 21 de marzo de 2014, la Organización Mundial de la Salud declaró oficialmente la epidemia de Ebola en Guinea Conakri. Una situación de alarma que  acabó en junio de 2016, cuando se pudo declarar el fin definitivo de la epidemia.

En la actualidad todos los médicos y enfermeras de los hospitales y centros de salud de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios en Sierra Leona y Liberia coinciden en señalar que han sido muchas las lecciones aprendidas, pero hay una que prima sobre el resto: IPC. Unas siglas que significan Infeccion, Prevention and Control y que incluyen toda una serie de medidas y protocolos para el control y prevención de enfermedades infecciosas que no han dejado de aplicarse desde entonces.

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Según apuntan desde los hermanos San Juan de Dios: "Cuando el Ebola llegó a África Occidental era un completo desconocido y había muy pocos recursos humanos y materiales disponibles para combatirlo. Sin embargo, el coste humano que supuso y la rapidez con que se propagó el virus durante todo 2014 obligó a implantar medidas excepcionales de vigilancia e higiene que siguen vigentes en gran medida". 

Además, han señalado que a día de hoy: "se ven por todos lados los característicos taburetes de madera que sostienen un bidón con agua y un grifo de plástico, jabón y una palangana para facilitar el lavado de manos a la entrada de los complejos hospitalarios, consultas y lugares de paso. Igualmente hay botes con desinfectante de manos en todas las mesas de despachos y mostradores, y se mantiene el triaje y la toma de temperatura al registrar la entrada de cada paciente". 

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