El partido más gélido de la historia de la Champions: Se cambió de estadio para jugar a -20 grados en vez de a -2º

El Olympiacos tumbó este martes al Kairat Almaty en el Astana Arena por 0-1 gracias a un tanto del portugués Gelson Martins. Tres puntos vitales para los de Mendilibar, que consiguieron su primera victoria de la Fase de Liga y que siguen soñando con meterse entre los 24 clubes que pasan de ronda.

Lo curioso de este partido es que se convirtió en el más gélido en la historia de la Champions. Y buena culpa de ello lo tiene el hecho de que no se jugó en Almaty, si no a más de 1.200 kilómetros de distancia, en Astana. Y la razón está en las condiciones climatológicas. El Kairat suele jugar sus encuentros como local en el Estadio Central de Almaty. Un coqueto estadio con algo menos de 25.000 butacas, pero muy abierto, ya que cuenta con pista de atletismo, y en el que el frío se siente mucho.

Pese a que la temperatura allí a la hora del partido era de -2 grados, se decidió trasladarlo a Astana donde hacía -20 grados. La razón estaba en que el Astana Arena es un estadio muy moderno con techo retráctil en el que las condiciones del choque podrían ser muchísimo mejores. De hecho, pese a la espectacular estampa del recinto lleno de nieve, el encuentro se disputó sin problemas con el estadio totalmente cerrado. Pese a ello, dejó el registro de ser el encuentro de Champions League con menor temperatura de la historia.