TIEMPO DE JUEGO
El día que Santi Cañizares se libró de beber el pis de un ultra en el Villamarín: "Peor que lo de la toalla"
Cañizares compartió en Tiempo de Juego la anécdota que vivió en uno de los partidos que jugó, como visitante, en el Villamarín
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Aprovechando que Santi Cañizares estuvo comentando en Tiempo de Juego el Betis-Osasuna de este domingo, el exportero quiso compartir una anécdota que vivió en una de sus visitas, como jugador, al Benito Villamarín.
"Fue peor que aquello de la toalla", comentó Cañizares en referencia al capítulo que vivió, siendo portero del Valencia, en un partido contra el Betis. Cañizares iba siempre ataviado de una toalla con el escudo del Valencia y su nombre bordado y de una botella de agua, que dejaba siempre en el fondo de la portería.
En aquel partido de 2002, a Cañizares alguien del público, cercano al fondo, le robó la toalla. Cañizares le ofreció 5000 pesetas de entonces (30 euros) al recogepelotas que le dijera quién se había llevado su toalla. Ese día, la toalla no apareció, aunque días después el aficionado que se la robó apareció en el entrenamiento del Betis y se atrevió a pedir un rescate por ella. La toalla acabó volviendo a su dueño gracias a un aficionado del Valencia.
a punto de beber agua en una botella orinada
En esta ocasión, Cañizares recordó en Tiempo de Juego otra anécdota que le sucedió en el Villamarín, y que tiene que ver con el bidón de agua.
"Estábamos jugando, y en un momento fui a secarme la cara y a beber agua, como siempre. Sudaba mucho y se me metía el sudor en el ojo. Voy, y veo que no está la botella. La botella desaparece, ¿qué ha pasado?" se preguntó.
Pero "a los diez o quince minutos voy y está la botella ahí colocadita en el poste, extraordinariamente bien. Yo, evidentemente, pensé 'aquí hay ceniza, eso es que han fumado'", comentó con esa comparación siendo consciente de la sospecha.
"Al acabar la primera parte me voy, dejo la botella ahí, me voy al vestuario y viene un chavalillo detrás de mí corriendo. 'Menos mal que no has bebido de la botella'. '¿Por qué?'", le preguntó al joven. La respuesta: "Habían meado dentro de la botella".
El infractor fue alguien del público que había detrás de la portería, por la zona en la que estaban los ultras, "cogió la botella, meó y la dejó ahí. El chavalillo me decía que no podía decirme nada 'porque me matan. Pero yo estaba diciendo, madre mía como se vaya a beber al agua. Madre mía, cómo tenga sed'", dijo reproduciendo las palabras del niño.