Martín Berasategui: “No soy más que un transportista de felicidad”
Asegura que para hacer cocina de creación hay que estropear muchos platos antes
Madrid - Publicado el - Actualizado
1 min lectura
Ha conseguido muchas cosas, entre ellas, la primera estrella Michelín otorgada a un bodegón, el Bodegón Alejandro, una casa de comidas familiar de la que se hizo cargo en 1981 y en 1986 ya obtenía esa primera estrella. Nos explica que ese bodegón fue su universidad y de ahí parte toda su cocina, la que practicaban su madre Gabriela y su tía María, que trabajaban “como una tigresa y una leona” en sus fogones y a las que un día, a los 21 años, decidió sentar en la mesa para decirles que ya se hacía cargo él a partir de ese momento del restaurante, porque él tenía “garrote” para tirar para adelante con el proyecto.