Un camionero va de Bilbao a Madrid durante el apagón, para y se queda de piedra con lo que ve: "En una gasolinera"
Trabajadores en el mundo del transporte se han visto en situaciones límite mientras España estaba paralizada por la caída del sistema eléctrico de este lunes
Publicado el - Actualizado
3 min lectura
El lunes, España vivió una situación sin precedentes con un apagón eléctrico que paralizó parte del país. Durante este caos, Javier, un camionero de Bilbao, compartió su experiencia en la radio con Carlos Moreno 'El Pulpo'. Su relato no solo ilustra la gravedad del incidente, sino que también pone en evidencia las vulnerabilidades de nuestra dependencia tecnológica.
Una jornada caótica de incomunicación
Javier, un habitual del transporte por carretera, relató cómo la caída del sistema eléctrico afectó profundamente su jornada. "Salí ayer por la noche de Madrid, rumbo a Bilbao, como hago normalmente. Pero hoy, cuando me disponía a regresar, me encontré con que no funcionaba el teléfono móvil. Ni llamadas, ni internet, nada", explicó, visiblemente afectado por la incomunicación total que experimentó.
Este incidente no solo le impidió ponerse en contacto con su jefe para coordinar el trabajo, sino que también le costó un viaje vacío. A pesar de la falta de información, Javier tomó la decisión de avanzar hasta su destino, sólo para descubrir que la carga que debía recoger ya no estaba disponible. La pérdida de tiempo y dinero fue inevitable. En palabras de Javier, "me ha tocado bajarme de Victoria o a Madrid vacío, y eso es una pérdida importante, muchísima gente perdió dinero ese día."
Entre lo moderno y lo tradicional
El día de trabajo de Javier fue marcado por una sensación de vulnerabilidad que dejó claro un punto importante: nuestra dependencia de la tecnología y las redes electrónicas nos hace más frágiles de lo que imaginamos. Cuando paró en una gasolinera para repostar el camión, la situación se volvió aún más surrealista. "La chiquilla me dijo que si tenía dinero metálico, sí podía repostar, pero como no llevaba efectivo, no pude llenar el camión", detalló. La situación evidenció lo vulnerable que puede ser depender exclusivamente de métodos de pago electrónicos, como las tarjetas, en lugar de recurrir a dinero en efectivo, una opción que, según Javier, debería volver a tener relevancia.
Imagen de la autovía C31 a su entrada por Barcelona a primeras horas de la madrugada del Martes tras el apagón eléctrico sucedido en la Península Ibérica
La reflexión de Javier va más allá de la incomodidad inmediata del apagón. "Nos están haciendo tan dependientes que nos volvemos vulnerables", comentó. Para él, el episodio fue una llamada de atención sobre lo que podría pasar si la tecnología fallara a gran escala. "Hoy han funcionado los hospitales, pero lo han hecho gracias a generadores diésel, algo que nos dicen que ya no vamos a poder usar", subrayó, poniendo en perspectiva la paradoja de un mundo que avanza hacia lo eléctrico, mientras que las soluciones más tradicionales siguen siendo cruciales.
A lo largo de su intervención, Javier no solo lamentó la caída del sistema eléctrico, sino también el hecho de que muchas personas no son conscientes de la importancia de tener sistemas alternativos. "Nos hemos vuelto una sociedad que no cuestiona nada, creemos a pie juntilla todo lo que nos dicen", reflexionó, señalando que la falta de cuestionamiento y preparación es uno de los mayores problemas que enfrentamos en la era moderna.
Sin embargo, el camionero también expresó su optimismo en cuanto a lo que podría conseguirse si la gente se uniera. "Nosotros somos los que podemos cambiar el mundo", dijo con convicción, destacando la importancia de la solidaridad y el trabajo conjunto para superar los desafíos.
Un Policía Municipal de Madrid atiende a un conductor durante el apagón masivo del sistema eléctrico ocurrido este lunes en la Península Ibérica
El apagón de este lunes no solo dejó a millones de españoles sin electricidad, sino que también destapó las grietas de nuestra dependencia de la tecnología. La experiencia de Javier, que vio cómo su día de trabajo se desmoronaba debido a la falta de comunicación y la imposibilidad de realizar operaciones simples como repostar, pone de manifiesto que, aunque avancemos hacia un futuro digitalizado, no debemos perder de vista lo esencial: la resiliencia y la capacidad de adaptarnos a situaciones imprevistas.
Como ha señalado Javier, "hoy hemos vuelto un poco a la Edad Media", recordándonos que, aunque estamos rodeados de tecnología, nunca está de más recurrir a lo más básico. En este contexto, reflexionar sobre las vulnerabilidades de nuestra sociedad digitalizada se vuelve más necesario que nunca.