Sabrina Burgos, pedagoga colombiana: "No podemos caer en la indiferencia"
La directora colombiana de Nuevas fronteras y Acción pública de Fe y Alegría, en Mediodía COPE: "En el mundo hay 72 millones de niños que no van a la escuela"

Sabrina Burgos, pedagoga colombiana: "No podemos caer en la indiferencia"
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Estos días están marcados para muchos niños y para muchos jóvenes por la vuelta al colegio. Son semanas en las que se disparan las ventas de mochilas, de estuches... Días en los que se forran los libros de texto y en las casas se habla de los profesores que a cada hijo le han tocado.
Sin embargo, hay lugares en el mundo en los que la situación es muy distinta. Por ejemplo en Burundi, en el centro de África. Allí se encuentra Guinabinga. Tiene 19 años y vive en un campo de refugiados. Le gustaría estudiar medicina pero sus circunstancias no son nada fáciles: “La educación es muy importante porque aquí muchos niños no han ido nunca a la escuela. Los niños suelen acabar en la calle”.
La situación en este país de Burundi es complicada. El trabajo infantil y los matrimonios a temprana edad hacen que los niños dejen la escuela muy pronto. Tienen otras prioridades.
Allí, en Burundi también vive Rukondo. A él le gustaría ser informático y sueña con que algún día va a conseguirlo: “En mi campo de refugiados pasamos hambre. Por ello, hay prioridades antes que estudiar”.
La educación en África sigue siendo un reto. En el norte de Uganda vive Charity. Una niña sudanesa refugiada que tiene cada día que convencer a su padre para que la lleve al colegio: “La educación es importante para mi. Espero ser en el futuro alguien importante. Mi padre dice que las niñas no tenemos que ir al colegio”.
En el mundo actualmente hay 72 millones de niños que no van a la escuela. Es la cifra que hoy nos da la ONG Entreculturas en su nuevo informe “Dejadnos aprender en paz”. Esta cifra alarmante no solo se deja ver en África. También lo hace al otro lado del océano, por ejemplo en Colombia.
Allí se siguen notando las consecuencias del conflicto armado interno que desde 1960 vive el país. Entre 1985 y 2022, más de 8 millones de personas se vieron obligadas a dejar sus casas y huir por toda Colombia, a otro lugar en el que estar más seguros.
Sabrina Burgos es la directora de Nuevas fronteras y Acción pública de Fe y Alegría. En Colombia es educadora y trabaja a pie de calle con niños y jóvenes que se encuentran en situaciones difíciles: “Las consecuencias del conflicto armado en Colombia incrementan la desigualdad, las brechas. Marcan el acceso al sistema educativo, especialmente para la primera infancia y para los adolescentes. La posibilidad de tener una continuidad en la trayectoria educativa se ve entorpecida”.
Se produce una paradoja ya que es precisamente la educación un aspecto fundamental para no repetir guerras y conflictos. El día a día de Sabrina como educadora no es fácil en su país, a pesar del entusiasmo de muchos jóvenes: “En los colegios rurales de Colombia encontramos muchas dificultades. Hay niños y niñas con profundos deseos de aprender y de configurar un futuro distinto para ellos”.
Si el acceso a la educación es complejo para los niños, lo es mucho más para las niñas. Sabrina Burgos comenta que no están en igualdad de condiciones: “A las niñas los efectos de la guerra y las practicas las han excluido del sistema educativo. Tienen muchos riesgos por ejemplo en la movilización para llegar a las escuelas. Tienen que caminar dos horas para llegar a la escuela. Caminar sola es muy distinto a caminar solo. Las niñas presentan un desafió”.
Otro fenómeno que influye en el abandono escolar son las economía ilegales que forman parte de la vida de los territorios: “Influyen en el abandono escolar. Seguimos siendo un país productor de coca lo que hace que los niños muchas veces resuelvan por medio de estas economías las vidas de sus familias. No podemos caer en la indiferencia, tenemos que ampliar nuestros compromisos”.