Descubre los "ayunos del siglo XXI" en esta Cuaresma: "No es un gimnasio espiritual"
El sacerdote granadino, Antonio Guzmán, nos cuenta en qué consiste realmente el ayuno y que utilidad tiene en la Cuaresma que ahora comienza

Descubre los "ayunos del siglo XXI" en esta Cuaresma: "No es un gimnasio espiritual"
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Hoy es Miércoles de Ceniza y comienza la Cuaresma. Un tiempo en el que nos preparamos para la Pascua, para la Resurrección de Jesús. Son 40 días porque recuerda el tiempo que Jesucristo estuvo en el desierto y también los 40 años que pasó el pueblo de Israel, allí en el desierto, antes de llegar a la tierra prometida.
Tanto para hoy, Miércoles de Ceniza como para el Viernes Santo, la Iglesia nos propone el ayuno y abstinencia. El ayuno es dejar de comer de manera significativa. Hacer solo una comida fuerte al día.
Y la abstinencia consiste en no comer carne. ¿Por qué carne y no otro producto? ¿De donde viene todo ésto y que utilidad tiene para nosotros? Por Mediodía COPE ha pasado Antonio Guzmán, sacerdote de la Archidiocesis de Granada. Nos cuenta en qué consiste realmente la Cuaresma y el motivo por el que la Iglesia nos propone estas prácticas: “La Cuaresma es para convertirnos, no consiste en dejar de ser nosotros es volver a lo más original de nosotros. Descubrir que somos polvo pero polvo amado, que somos insignificantes pero somos únicos. Convertirnos es levantar la mirada del suelo, de lo que vivimos día a día para redirigirla, para volver a estar atentos a la vida vida, a aquello que no nos deje el mal sabor de boca del sin sentido, del vació. Eso no es automático y por eso la Iglesia nos recomienda ciertas prácticas como el ayuno. Es renunciar a lo que creo esencial por rutina por instinto y que no tiene que ser malo para redescubrir lo esencial que es lo mejor. Por eso se nos recomienda esta práctica que es un gesto de conciencia para ser más conscientes. Un gesto de estar atentos a que nos da vida o que no, para estar verdaderamente vivos”.
¿Qué es la abstinencia? ¿Por qué no comer carne?
Este sacerdote también nos ha explicado el significado que tiene el hecho de no comer carne y las preguntas que esta práctica puede hacer que nos planteemos: “En los primeros siglos hay conversaciones de los primeros cristianos que los viernes hacían esta abstinencia. Es importante recordar que la Iglesia recomienda la abstinencia de la carne durante todo el año, solo que los viernes que no son de cuaresma pues propone también otras obras de misericordia. ¿Por qué carne? Primero por la relación con la muerte de Cristo, con esa carne de Cristo que es el verdadero alimento y que sucedió un Viernes Santo. Segundo porque era un alimento especialmente valioso. Antes no existía la soja texturizada, ni los botes de proteína, ni el tofu ni cosas para marinarlo. La verdadera fuente de energía para poder trabajar en las vidas rurales era la proteína de la carne. Y hay una tercera cosa que es el hecho de unirse a los pobres que no tienen la posibilidad de elegir fuentes de proteína donde están todos los aminoácidos esenciales. Los judíos le dicen a Jesús que sus discípulos no ayunan. Él les dice porque está el esposo. Ayunamos de lo que ya estamos acostumbrados a tener, de lo que nos arrastra nuestro instinto para resetear la maquina, para hacer como un parón y conscientemente cuando no elijo carne vuelvo a preguntarme pero yo qué carne espero, a mi qué me sacia de verdad, quién llena mi corazón”.
Ayunos del siglo XXI
¿Y qué ocurre si a alguien se le olvida y sin querer come carne un Viernes de Cuaresma o el Miércoles de Ceniza? Antonio Guzmán nos cuenta la verdadera esencia de estos pequeños sacrificios que van más allá del simple cumplimiento: “Es cierto que en la Cuaresma se propone que sigamos todos juntos este ayuno de la carne aunque la Iglesia reconoce que hay muchas obras de misericordia para el caso de que alguien olvide o por alguna circunstancia no pueda vivir el ayuno o la abstinencia. También me parece interesante que nosotros como cristianos busquemos ayunos que nos ayuden de verdad, que no sean solo acciones cualquiera que hacemos o no hacemos para sentirnos bien o sentir que estamos cumpliendo. Si hemos dicho que la Cuaresma es para volver a Jesús y no para hacer una especie de rutina, de gimnasio espiritual, yo creo que hay cosas que ayudan. Dice el Papa Francisco que no es llevar un ramillete de obras espirituales. No es llegar a la Semana Santa y decir he ayunado, he hecho limosna y hecho oración, toma Señor ya te he conquistado. Uno puede ayunar de retrasar el despertador y pasar del “me da pereza” al “abrir los ojos y sentirse amado”. O de otros alimentos como el dulce o el alcohol. Pasar del “no puedo vivir sin” a “qué es lo más querido para mi”. Cuando uno renuncia a algo en el momento en el que aparece puede salir esa pregunta. O ayunar de tiempo de móvil o de alguna aplicación. Se puede pasar de la inercia a preguntarte qué buscas cuando te buscas ahí, que rallada quiero entretener, qué ansiedad o soledad quiero tapar”.
¿Por qué “ceniza”?
Hoy Miércoles de Ceniza, si vamos a la Eucaristía, los sacerdotes nos ponéis en la frente esa “ceniza” haciéndonos la señal de la cruz mientras nos decís la conocida frase de “conviértete y cree en el evangelio”. Antonio Guzmán ha señalado que este signo se relaciona con un renacer, con una resurrección en nuestras vidas: “El uso de la ceniza para simbolizar la penitencia viene desde los judíos. Son símbolos visibles. Nos recuerda que aunque tengamos la vigorosidad de un árbol volveremos a ser polvo y ceniza. Reconocer que soy ceniza no es para humillarme y decir soy un cenizo. Sino precisamente porque soy ceniza descubrir que alguien quiere hacer de mi algo más, que quiere hacer una resurrección de ahí. Que soy una mota de polvo insignificante pero sobre todo soy una mota de polvo amada y única. Esa es la aventura que estamos invitados a recorrer en la Cuaresma. Partir de soy ceniza a terminar como hijo amado que han dado la vida por mi y resucitado”.