La foto del día: querido Lucas, dentro de tres semanas estarás con nosotros

Sigo navegando por internet, curioseando en el diario que algunos grandes fotógrafos hacen la pandemia. Y he topado con la imagen de una fotógrafa de Singapur que vive en Londres. Se llama Sim Chi Yin. Sim ha disparado su cámara desde su cuarto. Unos cortinones grandes y oscuros en un país sin persianas están descorridos y las ventanas están abiertas y a través de ella entra un luz que quiere ser de abril, limpísima, una luz casi niña, una luz de domingo victorioso, de primavera silenciosa, una luz de comienzo, una luz sin el cansancio de los errores y de los reproches.

Y se ven a través de los cristales unas nubes altas y los patios traseros de varias casitas llenos de trastos. Pero la protagonista de la foto es una cuna, una cuna todavía vacía arrimada a la ventana y no se sabe si la luz viene de fuera o de dentro, de la cuna que espera o del mundo que calla. La fotógrafa se ha levantado de la cama y bajo la foto le escribe al niño que va a nacer.

Querido Lucas, le dice, dentro de tres semanas estarás con nosotros, ahora estás tranquilo en mi tripa, luego verás el mundo al que llegas. Siempre es así, siempre hay una cuna, una luz de comienzo, siempre el mundo está envuelto en los gritos de un parto doloroso y siempre la luz aparece nueva, una luz que quiere ser de abril, cuando todo se renueva, cuando florecen los lirios. Siempre es así, incluso cuando uno debe marcharse, cuando la vida parece quedar atrás y lo que hay por delante es la luz de abril