Abderramán III, una figura histórica que se ha puesto de actualidad ocupando un espacio del debate político más de 1000 años después de su muerte. Este revuelo se ha debido a que el gobierno municipal de Cadrete (Zaragoza) ha retirado una estatua del Califa que había en la plaza principal. El tripartito formado por PP, Cs y VOX argumenta “desigualdad histórica” para justificar su decisión.

Jose Luis Corral, nuestro historiador de La Noche, nos explica que Aderramán III es una de las figuras más importantes de la historia de España, independientemente de cuestiones ideológicas y religiosas. Este hispano era descendiente de princesas cristianas. Su apariencia, aunque cueste imaginar, era de un hombre rubio casi pelirrojo con ojos azules. Apenas tenía sangre árabe pero desde el punto de vista de linaje se considera descendiente de los Omeyas.

Esta figura unificó el estado Andalusí siendo el primer Califa de Córdoba. Es descendiente de Abderramán I, llamado 'el Emigrado' porque había llegado a la península huyendo de los abasíes e inició una nueva dinastía y un régimen político que se constituiría en la célebre Al-Andalus Omeya.

En el siglo X, Abderramán III hereda el título emiral y se proclama Califa transformando un al-Ándalus muy heterogéneo y al borde de la ruina en el estado más poderoso de todo occidente. Además, es el responsable de la creación del Califato de Córdoba, haciendo de ella una gran ciudad de 200.000 habitantes cuando otras de las grandes urbes como Londres o París sólo tenían 10000.

Desarrolló la agricultura, el regadío y el comercio, pero también es responsable de la construcción de grandes edificios, calzadas y acueductos y, por su puesto, de la gran ciudad de Medina Azahara.

Este paraíso fue creado a 10 km de la ciudad de Córdoba como sede administrativa y símbolo de su poder. Sin embargo, debido a las guerras civiles que acontecieron a principio del siglo XI y con la caída del Califato de Córdoba, Medina Azahara fue asaltada, destruida y saqueada, siendo ahora un campo de ruinas.

Durante sus años de mandato, Abderraman III trajo prosperidad el estado de Al-Ándalus a nivel político, económico y cultural, pudiendo decir, a día de hoy, que es uno de los cinco mandatarios más importantes de la historia de la Península Ibérica.