En La Noche de Adolfo Arjonarepasamos lo que era noticia en España y el mundo en 1974. El nombre propio de aquel año fue el de Richard Nixon, primer y único presidente de Estados Unidos hasta la fecha que ha dimitido de su cargo.

RICHARD NIXON

Este fue el culmen del caso Watergate. Esta historia se remonta dos años antes, al robo de documentos en el complejo Watergate de Washington, donde estaba la sede del Partido Demócrata. Comenzaba así un escándalo de espionaje a los rivales de Nixon en la campaña electoral del 72, que acabó con esa primera y única dimisión presidencial.

El 8 de agosto de 1974, después de más de 2.000 días en la Presidencia y cuando le quedaban dos años de mandato, Nixon anunciaba su renuncia en un mensaje televisado.

Javier Redondo es profesor de Historia Política de la Universidad Francisco de Vitoria y autor del libro “Presidentes de Estados Unidos” y ha contado en La Noche de Adolfo Arjona, todas las claves de ese escándalo.

AMPARO MUÑOZ

La nota de glamur en la España del 74 la puso una bellísima joven malagueña llamada Amparo Muñoz, al convertirse en la primera española en ganar el título de Miss Universo. Solo un año antes, en el 73, Amparo fue elegida Miss Costa del Sol y Miss España, y al año siguiente el mundo entero la conoció en un certamen que se celebró en la ciudad filipina de Manila. El evento lo siguieron más de 600 millones de personas a través de la televisión.

Fue un reinado polémico... porque a los seis meses acabó renunciando a la corona de Miss Universo porque se negaba a que la organización la manipulara... con la pérdida económica que aquello le supuso y la trascendencia que tuvo la noticia en una época en la que la mujer no tenía, ni de lejos, los derechos ni la libertad de ahora.

Después de aquella experiencia que ella misma dijo años después que recordaba con “terror”, Amparo Muñoz se labró una carrera como actriz y sus comienzos coincidieron con los años del destape.

Trabajó en películas como ‘Clara es el precio’, ‘La otra alcoba’ o ‘Mamá cumple cien años’, entre muchas otras. Su prometedora carrera se vio parada en seco cuando la droga se cruzó en su camino. Una vida llena de luces y sombras que acabó en 2011. Amparo Muñoz murió los 56, tras una larga enfermedad.

CRÓNICA NEGRA

Sitúate en Amityville... un pueblo costero de Long Island en el estado de Nueva York, que cada verano se animaba por la llegada de turistas buscando un poco de descanso, lejos de la gran ciudad. La tranquilidad que siempre había imperado entre los vecinos de aquella pequeña localidad se vio truncada el 13 de noviembre de 1974.

• Left6:No existe configuración de publicidad para el slot solicitado

El escenario de la tragedia estaba en el 112 de Ocean Drive, en una villa de aspecto tenebroso... el hogar de los DeFeo. Eran las tres y cuarto de la madrugada; casi todos en casa dormían... casi todos, porque uno de los hijos de la familia estaba preparado para poner en práctica un macabro plan. El primogénito, Ronald DeFeo, de 23 años, cogió entre sus manos un arma... una escopeta del calibre 35 con la que sembró el pánico entre aquellas cuatro paredes. Primero entró a la habitación de sus padres... a los que acribilló mientras dormían... a él le disparó por la espalda y a ella le descerrajó un tiro mortal en la cabeza.

Alertados por los disparos, sus hermanos se despertaron confundidos... aunque no tuvieron tiempo de reaccionar. Uno a uno, Ronald mató a Dawn, de 18 años; a Allison, de trece; a Mark, de doce; y al pequeño John, de nueve años.

Como si de un oscuro ritual se tratara, el asesino colocó los cadáveres bocabajo y extendió sus brazos en cruz... era la imagen que había dibujado en su cabeza. Sin que le temblara el pulso, Ronald se duchó, se cambió de ropa e introdujo las prendas manchadas de sangre en una funda de almohada, junto al rifle y algunas balas.

Al amanecer y como si nada hubiera pasado, el joven puso rumbo al trabajo, en el concesionario familiar. En el camino, se deshizo de la ropa ensangrentada y el arma del crimen, dejándolas en una alcantarilla. Aquel día, Ronald llamó varias veces a casa... para aparentar una falsa preocupación ante la ausencia de su padre en la oficina. Al salir del trabajo, caminó hacia un bar. Se sentó y, con voz firme, le contó al camarero que alguien había disparado a sus padres. Entonces todo se precipitó.

La Policía descubrió el baño de sangre y acabó apuntando a un sospechoso: Ronald DeFeo. Él era el único miembro de la familia que NO había muerto... y su coartada no tardó en caer por su propio peso: fue detenido, juzgado y condenado a cadena perpetua. Él trató de evitar la cárcel contándole al jurado que unas voces demoníacas en su cabeza le indujeron a matar... que alguna extraña fuerza le había poseído y que la casa en la que vivía con su familia estaba encantada. Hoy, Ronald DeFeo, a sus 69 años, sigue cumpliendo condena en una prisión neoyorkina y el caserón de Amityville en el que se produjo la matanza sigue siendo lugar de peregrinación para los amantes de lo paranormal.