LA NOCHE DE ADOLFO ARJONA

La peligrosa zona de España que muchos desconocen: "Altos niveles de radiactividad"

En "La Noche de Adolfo Arjona", te contamos qué pasó el 17 de enero de 1966 en el pueblo almeriense de Palomares

COPE Andalucía

Málaga

Tiempo de lectura: 3' Actualizado 17 oct 2021

El 17 de enero de 1966, amaneció con sol en Almería. Como la mayoría de los días. Solo que ese día quedaría marcado para siempre en la memoria de los almerienses. La Guerra Fría quedaba muy lejos de aquel paisaje en calma, quieto. En algunas ocasiones llegaban noticias de Estados Unidos y la URSS, aquellas dos súper potencias que tensaban cada vez más la cuerda.

Aquel día, el cielo estaba tranquilo, pero pasadas las nueve de la mañana, un bombardero estadounidense chocó mientras sobrevolaba la zona con otra nave mientras se reabastecía en pleno vuelo tras regresar de vigilar la zona rusa.

Cuatro bombas cayeron en el pueblo almeriense de Palomares en 1966


El misterio de Palomares

Debido al choque entre las dos naves, cuatro bombas de plutonio cayeron en el pueblo de Palomares. Las consecuencias de la Guerra Fría habían llegado a ese pequeño pueblo almeriense. Y aunque el accidente no provocó una enorme catástrofe en la zona porque ninguna de las bombas explotó, Palomares nunca volvería a ser lo mismo.

Las bombas que cayeron en Almería tenían un poder de destrucción mayor al de las bombas atómicas lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki durante la Segunda Guerra Mundial. Afortunadamente, ninguna llegó a estallar.

¿Qué pasó con las bombas nucleares que portaba la nave americana? Se lo ha contado Rafael Moreno a Adolfo Arjona. Según el autor de “La historia secreta de las bombas de Palomares“, que publica la editorial Crítica, "dos de las cuatro bombas se rompieron en pedazos". El polvo radiactivo de plutonio que contenían se dispersó por el terreno, por este motivo aseguran los expertos que la zona es un cementerio nuclear a cielo abierto.

Su poder de destrucción era mayor al de las bombas atómicas lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki


La bomba que cayó en el fondo del mar

Otra se hundió en el mar Mediterráneo. El Pentágono, con el apoyo de Franco, inició una operación secreta para encontrarla. Según Rafael Moreno ha contado a Adolfo Arjona, los estadounidenses ejecutaron una gran operación para rescatar la bomba atómica; uno de los secretos mejor guardados de Estados Unidos.

Lo inverosímil de esta historia es que "era un secreto tan bien guardado, que entre los expertos que tenían que buscar la bomba no sabían qué buscaban exactamente". Jamás habían visto fotografías.

Miles de buzos y expertos barrieron el mar Mediterráneo. Estados Unidos no dudó en traer a España a los mejores matemáticos y las computadoras más avanzadas. Estuvieron buscando día y noche durante semanas. Pero no la encontraron, así que tuvieron que desistir.

Palomares, a vista de pájaro


Hasta que un pescador español dijo donde la había visto caer y dónde él creía que estaba sumergida la bomba. No se equivocó. Aun así, el rescate no fue fácil. Una vez que estaba a punto de ser extraída del agua, un nuevo susto. La bomba estuvo a punto de caer al mar al menos dos veces, según ha contado Rafael Moreno en “La Noche de Adolfo Arjona”.

La foto de Fraga en Palomares que dio la vuelta al mundo

El resto de la historia, la conocemos. O al menos lo que nos han querido contar de ella. Estados Unidos negó que el accidente pudiera tener peligro de radiación y para convencer a la población, el ministro de Información y Turismo con Franco; Manuel Fraga, y el entonces embajador americano, se dieron un baño en estas aguas.

O quizás en otras similares y algo más alejadas. De hecho, hay teorías que apuntan que "el baño no tuvo lugar en Palomares, si no en Mojácar, a 15 kilómetros del accidente nuclear".

El pueblo almeriense de Palomares sufrió las consecuencias de la Guerra Fría


En una playa o en otra, lo cierto es que la foto surtió efecto y dio la vuelta al mundo. Y hoy sigue en nuestra memoria esa imagen en blanco y negro con dos hombres sonriendo en bañador y bañándose en un mar que durante semanas escondió el secreto mejor guardado de Estados Unidos. Hasta que un pescador almeriense dio con él.

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