Un profesor de un sindicato da un consejo a todos aquellos docentes que se vean amenazados por los padres: uno de cada cuatro

Fernando de Haro se cuela en una reunión del sindicato de profesores ANPE, en Madrid, que cada vez más reciben más casos de problemas con los padres

Luis Calabor

Madrid - Publicado el

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Cada vez son más frecuentes los conflictos entre profesores y padres en los centros educativos españoles. Las disputas no solo giran en torno a las calificaciones, sino también a decisiones disciplinarias, acusaciones de trato injusto y discrepancias sobre la gestión del aula. En este contexto, el sindicato ANPE —el más representativo en la enseñanza pública con más de 80.000 afiliados— revela un dato inquietante: uno de cada cuatro profesores que acude a su servicio de apoyo lo hace por problemas con las familias.

Los últimos meses del curso escolar son especialmente delicados. Según explican en el sindicato ANPE, es habitual que los padres se muestren más exigentes o críticos con las decisiones de los docentes, sobre todo cuando se trata de notas o sanciones. “En Formación Profesional y Bachillerato, el tema de las calificaciones suele generar muchas quejas”, explica José Antonio, uno de los defensores del profesor en la organización.

Fernando de Haro, en el sindicato ANPE

la autoridad del docente, cuestionada

Guadalupe, también miembro del equipo, confirma la tendencia: “Estadísticamente, casi uno de cada cuatro profesores que nos llama tiene problemas específicos con familias”. La cifra se mantiene estable año tras año, y aunque la casuística es variada, la raíz del conflicto suele ser la misma: el cuestionamiento de la autoridad del docente.

La percepción de respeto hacia el profesor ha cambiado. Lo que antes era una figura de autoridad incuestionable, hoy se ve con frecuencia desafiada por los padres. Laura, otra de las portavoces del sindicato, señala que esto se da con especial fuerza en las etapas de Primaria y Secundaria. “En Primaria se da el síndrome del emperador: lo que dice el niño va a misa”, afirma. En la ESO, la diversidad en el aula, las dificultades académicas y la adolescencia complican aún más la convivencia.

Las reuniones entre padres y profesores son cada vez más tensas

El conflicto se dispara, sobre todo, cuando los padres se ponen del lado del hijo sin antes contrastar la versión con el centro. “Muchas familias defienden a ultranza a sus hijos, lo que a veces es un amor mal entendido”, apunta Guadalupe. Esta actitud, sumada a la falta de normas y límites en casa, desemboca en enfrentamientos con los docentes.

También aconsejan a los docentes conocer bien el decreto de convivencia y no dudar en utilizar los canales institucionales si un padre acude directamente a la inspección. “Si un padre va al servicio de inspección, tú también puedes hacerlo. Tienes derecho”, recuerda José Antonio.

Muchas familias defienden a ultranza a sus hijos, lo que a veces es un amor mal entendido

Guadalupe

Profesora y miembro de la ANPE

"NO PUEDE SER QUE EL PRIMER CONTACTO SEA A FINAL DE CURSO"

El trasfondo de esta creciente tensión parece estar relacionado con una pérdida de reconocimiento hacia la figura del maestro. “Hoy muchos padres creen que saben tanto como el profesor, lo cuestionan todo”, lamenta Laura. Desde el sindicato, denuncian que la labor docente no se valora lo suficiente y que esa falta de estima social es uno de los mayores problemas del sistema educativo actual.

Además, Sonia García, vicepresidenta nacional de ANPE, señala que muchas de estas tensiones podrían evitarse con una mejor comunicación entre familias y centros. “No puede ser que el primer contacto con los profesores sea al final de curso, cuando hay un problema. La relación debe construirse desde el inicio y mantenerse durante todo el año”, indica.

Los profesores expresan a Fernando de Haro su preocupación por la relación con los padres

Otro de los grandes retos que enfrentan los docentes es la carga emocional y social que asumen en su día a día. “Nosotros somos profesores, no psicólogos ni educadores sociales”, insiste José Antonio. Aunque muchos profesionales están altamente formados, la falta de recursos y de personal de apoyo hace que tengan que gestionar situaciones para las que no están preparados. “Faltan orientadores, faltan medios, y hay una diversidad en las aulas que hace todo mucho más complejo”, añade.

La realidad que se vive en los colegios e institutos españoles es compleja. El deterioro del vínculo entre padres y profesores no solo afecta al bienestar de los docentes, sino también al rendimiento y desarrollo de los propios alumnos. Recuperar la confianza mutua, reforzar la comunicación y devolver el prestigio social a la profesión docente son pasos fundamentales para mejorar la convivencia en las aulas.