¿Hay que obligar a los niños a hacer deberes en verano o debe ser el verano un periodo de desconexión?

Actividades extraescolares, campamentos. Pero los colegios no vuelven hasta septiembre. Se abren muchos interrogantes y es que en España hay casi cinco millones y medio de niños menores de doce años. Para muchos la opción elegida es el campamento. La demanda ha incrementado y así lo contaba Julio, director de uno en funcionamiento con más de 130 niños. “Ha sido en muy poco tiempo. A principios de años nos planteábamos cerrar y a partir de Semana Santa ha habido un boom”.

Pero todo lo bueno tiene una cara B. El precio. Una escuela de verano de media tiene un coste de 150 a 200 euros a la semana. Un precio que muchos no se lo pueden permitir. Ir al pueblo o con los abuelos son otras de las opciones que barajan los padres españoles. Julia, de 14 años, es una de las que ha preferido irse con los abuelos y disfrutar de ellos durante un mes.

Resuelto el con quién se quedan los niños, llega otro gran debate, el de las actividades y el de las pantallas. Un aumento del tiempo de exposición es preocupante. Los menores pasan cuatro horas diarias conectados a una pantalla fuera de las aulas, un total de mil cuatrocientas sesenta horas al año, o mejor dicho, la mitad del tiempo que se debería dedicar a dormir. ¿Qué tienen que hacer en verano? ¿Cuáles son las opciones? ¿Deberían seguir haciendo deberes o descansar y no tener rutina?

Es el eterno debate. La clave está en el equilibrio. Y ojo también en las rutinas. Blanca Betes, psicóloga infantil, defiende que a lo largo del verano se deben mantener rutinas aunque flexibilizando todo un poco. Los niños se encuentran mejor en rutina, porque se desordenan menos y provocan menos problemas de conducta.

El equilibrio. Esa es la clave y la conclusión. Los niños en verano tienen que descansar pero también fortalecer vínculos con los padres, con los abuelos y con otros niños en las propuestas que hemos planteado: campamentos, campus, escuelas de verano… Y si tienes dudas, funciona el preguntar pero también preguntarse… ¿Cómo era tu verano ideal cuando eras niño?