10 de febrero de 2016. Ese día, María, invidente, entraba con su perro guía, su hijo de seis años y su hermana a una tienda de alimentación en Madrid.

Una situación de lo más normal para ella, que como te puedes imaginar, no se separa ni un solo segundo de su perro, sus ojos. El caso es que al cruzar la puerta del establecimiento, un trabajador le dijo que no podía pasar. Que estaba prohibida la entrada de mascotas.

María le trató explicar de buenas maneras que ese animal era su guía, y que tenía que acompañarla, pero sus argumentos no le sirvieron y la situación fue a peor.

Pocos minutos después llegó una ciudadana china con un palo de madera grande, lleno de aristas, del tamaño de un bate de béisbol. Sin mediar palabras y sin dar ninguna explicación, esta señora agredió a María golpeándole en la cabeza, en el pecho y en los brazos. María estuvo de baja casi dos meses por las lesiones que sufrió y tuvo que cambiar de perro guía porque el animal también resultó herido.

Tres años después de este episodio tan desagradable, este miércoles la mujer que la agredió ha aceptado en un Juzgado de Madrid once meses de cárcel por lo ocurrido después de que el fiscal y la acusación hayan llegado a un acuerdo.

María nunca olvidará lo que pasó en aquella tienda de alimentación pero al menos hoy descansará más tranquila. Once meses de prisión para la persona que la agredió con un palo de madera por entrar a una tienda con su perro guía. Con un animal que era literalmente sus ojos.