Arqueólogos comienzan a excavar en un pueblo de Málaga y se sorprenden con lo que encuentran: tiene más de 5.000 años
Teba revive un dolmen prehistórico que puede cambiar y la historia y en 'La Linterna' investigan qué hay detrás de este monumento megalítico
Madrid - Publicado el
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Teba, un pequeño municipio de la provincia de Málaga, ha pasado a formar parte del mapa de la arqueología megalítica europea tras el descubrimiento de un dolmen monumental en el yacimiento de La Lentejuela.
El hallazgo, liderado por investigadores de la Universidad de Cádiz, ha revelado una estructura funeraria de la Edad del Cobre, construida hace más de cinco mil años, compuesta por varias cámaras mortuorias y decorada con materiales de prestigio procedentes de distintas regiones del Mediterráneo.
Una estructura prehistorica de gran complejidad
El dolmen, bautizado provisionalmente como Dolmen I de La Lentejuela, presenta una arquitectura muy elaborada. Mide más de 13 metros de largo y está dividido en diferentes compartimentos.
No se trata de una única cámara funeraria, como en otros dólmenes conocidos, sino de varios espacios diferenciados, conectados por pasillos y umbrales de piedra, que se utilizaron para enterramientos colectivos durante distintas fases temporales.
El dolmen está construido con grandes losas verticales que forman muros y divisiones internas, mientras que otras piedras horizontales actúan como techumbre, muchas de las cuales siguen intactas.
La distribución sugiere un conocimiento técnico avanzado y una organización social capaz de planificar construcciones monumentales con un claro propósito simbólico y ritual.
la riqueza artística de este importante monumento
Uno de los aspectos más llamativos del dolmen es el conjunto de materiales encontrados en su interior. Las excavaciones han sacado a la luz un ajuar funerario muy completo, que incluye objetos de adorno personal, herramientas líticas, elementos ceremoniales y materiales considerados de prestigio en la época.
Dolmen de Teba
Entre ellos destacan cuentas de collar elaboradas con ámbar, probablemente procedente del Mediterráneo central, fragmentos de marfil, conchas marinas llegadas desde zonas costeras y una alabarda de gran valor ceremonial.
Aunque todavía se está analizando el interior en detalle, los arqueólogos creen que podrían aparecer restos de ornamentación mural, como grabados o pigmentos aplicados a las paredes, lo que convertiría este dolmen en un caso excepcional dentro del conjunto megalítico andaluz.
un estado de conversación excepcional
El dolmen se encontraba protegido por un túmulo artificial de tierra y piedras, que ha contribuido a su conservación.
Gracias a ello, las losas principales siguen en su lugar original, y se han conservado también restos óseos que permitirán realizar estudios antropológicos para conocer mejor a las comunidades que lo construyeron y usaron.
Este estado de preservación abre la puerta a investigaciones avanzadas con técnicas modernas como reconstrucción 3D, análisis genéticos y dataciones precisas, que ayudarán a reconstruir no solo la historia del dolmen, sino también el contexto social y cultural de la región durante el III milenio antes de nuestra era.