Una experta en turismo señala la principal nacionalidad que visita España y por qué es un problema que vengan

España consolida su liderazgo como potencia turística mundial con cifras históricas en 2024: entre enero y abril recibió 25,5 millones de visitantes, un 7,1% más que en el mismo periodo del año anterior, según datos que ha relatado este lunes La Linterna de COPE. El gasto también creció por encima del 9%, impulsado por la inflación y la mayor afluencia de viajeros, especialmente de Reino Unido, Francia y Alemania, que encabezan la lista de procedencias.

Sin embargo, este éxito plantea interrogantes sobre la sostenibilidad del modelo, como señaló la catedrática de Sociología de la Universidad de Alicante y experta en turismo Raquel Huete, invitada en el programa de Ángel Expósito y Pilar García de la Granja.

 Un récord para la reflexión  

Pilar García de la Granja subraya que, de mantenerse esta tendencia, España podría rozar los 100 millones de turistas este año, una cifra "brutal" que, aunque positiva, no debe eclipsar otros pilares económicos. "No podemos ser solo un país de turistas; necesitamos industria y servicios que paguen salarios altos y fomenten un crecimiento sano", advierte.

La periodista también alerta sobre el encarecimiento generalizado, incluido el alquiler, donde los apartamentos turísticos registraron un 14% más de ocupación extranjera en el primer cuatrimestre, con pernoctaciones que crecieron diez veces más que en hoteles.

Ante este escenario, Expósito cuestiona "¿cómo lograr un turismo más sostenible?". Raquel Huete responde con una llamada a la regulación urgente del alquiler vacacional, un fenómeno que "ha venido para quedarse" pero que genera "problemas graves de convivencia y expulsión de residentes".

"El derecho a la vivienda debe estar por encima del derecho a hacer negocio con ella", afirmó, respaldando medidas como las de algunos ayuntamientos para limitar licencias. Criticó, además, la economía sumergida y la precariedad laboral asociadas al sector, así como la escalada de precios que dificulta el acceso a la vivienda, especialmente para jóvenes y trabajadores turísticos.

 La nacionalidad que más visita España  

Uno de los puntos centrales de la entrevista fue la concentración de la demanda en tres países, en orden de dependencia: Reino Unido, Alemania y Francia, que suponen el grueso de los visitantes. "La dependencia de mercados como el británico, que están determinados por la movilidad aérea, que tiene un consumo importante de recursos en cuanto a las infraestructuras aeroportuarias y que contamina".

Huete alertó de los riesgos de esta dependencia, vinculada a la movilidad aérea y su impacto ambiental, y abogó por diversificar mercados. "Tenemos una infraestructura segura y de calidad —sanidad universal, transporte eficiente— que atrae turistas, pero debemos redistribuir mejor sus beneficios", insistió.

Mientras, Pilar García de la Granja pregunta si el alquiler vacacional es el mayor desafío del sector. La socióloga amplió el foco: "Hay retos complejos, como la falta de empleados cualificados debido a los salarios bajos y la mala conciliación, o la falta de coordinación entre administraciones". Criticó que muchas políticas turísticas prioricen el volumen sobre el impacto social: "El éxito no debe medirse solo en número de turistas, sino en cómo mejoran la vida de quienes habitan los destinos".

 Hacia un modelo sostenible  

En el cierre, Expósito le pidió resumir en un minuto el camino hacia el turismo sostenible. Huete fue clara: "No es una palabra vacía; exige compromiso con el territorio y sus habitantes. España ya es un país turístico, pero debe cuidar a su gente". Destacó la necesidad de equilibrar rentabilidad y bienestar, evitando que el sector se convierta en "chivo expiatorio" de problemas estructurales como la vivienda.

Con una temporada récord en marcha, el debate sobre el futuro del turismo español sigue abierto. Los datos reflejan un modelo que funciona, pero las advertencias de expertos como Huete señalan que, sin regulación, diversificación y justicia social, el crecimiento podría pagarse a un precio demasiado alto.