Una mirada cristiana para transformar la escuela y la familia: “La educación necesita esperanza, no quejas”
El presidente de la red educativa Arenales, Alfonso Aguiló publica 'Cuestión de identidad: una propuesta cristiana para educar en la familia y en la escuela'
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Alfonso Aguiló, presidente de la Red educativa Arenales, ingeniero de formación y referente en el ámbito educativo, defiende en La Linterna de la Iglesia que la pregunta por la identidad es clave tanto para las personas como para las instituciones. “¿Quién soy? ¿Qué estoy llamado a hacer?”, plantea como interrogantes esenciales que deben guiar el proyecto educativo. En su nuevo libro Cuestión de identidad: una propuesta cristiana para educar en la familia y en la escuela, Aguiló propone una reflexión profunda sobre el papel de la escuela y la familia en la formación integral de los jóvenes.
Durante, Aguiló subraya que la escuela, tal como la conocemos hoy, nació de la mirada misericordiosa de la Iglesia hacia los jóvenes. “La inspiración cristiana no solo ha sido importante para la Iglesia, sino para la configuración de la sociedad”, afirma.
Educar en valores para humanizar el futuro
El autor insiste en que no existe una educación neutra. Tanto en la familia como en la escuela se transmite una forma de ver la vida. Por eso, considera esencial educar en valores como la virtud, la sabiduría, el servicio y la justicia. “No basta con sacar buenas notas, hay que formar personas libres y responsables”, señala.
Aguiló apuesta por generar comunidades educativas basadas en la colaboración entre familias, profesores e instituciones. “Evitar la desunión y buscar modos de colaborar tiene mucha relación con el mensaje cristiano”, explica.
Un momento eclesial para repensar lo esencial
Con el Jubileo de los educadores y el impulso del Consejo de la Iglesia en la educación, Aguiló ve una oportunidad para renovar el compromiso educativo. “Una sociedad que fracasa en la educación de la siguiente generación es una sociedad fracasada”, advierte. Frente a la polarización, propone que la escuela enseñe a convivir y a aprender de los demás.
Tras décadas de experiencia como director del colegio Tajamar y presidente de la Confederación Española de Centros de Enseñanza, Aguiló resume su propuesta en una frase: “La educación necesita esperanza, no quejas”. Su libro es una invitación a mirar con ilusión el futuro y a construir juntos una educación que transforme el mundo.