Irene Pozo: "Todo un ejemplo, nuestros jóvenes, capaces de tender puentes"

Estamos viviendo los días centrales de la Jornada Mundial de la Juventud, momentos muy esperados para los jóvenes que se encuentran en Lisboa. Estamos conociendo muchas historias de esas que emocionan y que nos hacen ver a una juventud que quizá para muchos, era desconocida.

Son jóvenes llenos de sueños y esperanza, de vida y alegría. Jóvenes que comparten su fe y que están dispuestos a construir, a derribar muros y a caminar juntos hacia un mundo mejor.

Jóvenes que también sienten el vacío, la preocupación, el miedo, la incertidumbre... y que tienen muchas preguntas a las que dar respuesta. El Papa les invitaba, en la ceremonia de acogida celebrada este jueves, a confiarle a Jesús todas sus inquietudes: “Tú le haces preguntas y Él no te da simples respuestas”, decía.

Y es cierto, que cuando uno aprende a ver más allá, a confiar de otra manera, cuando uno tiene la certeza de que no está solo, cuando es capaz de dar sentido a lo que le rodea, es más fácil sobrellevar las cosas.

El Papa estos días, además de vivir esa alegría contagiosa de los jóvenes, el simpático alboroto como lo ha llamado en alguno de sus discursos, también está acompañando su dolor. Francisco ha podido encontrarse con víctimas de abusos sexuales, con peregrinos procedentes de Ucrania o con jóvenes afectados por el terremoto de Turquía. Es el abrazo de la Iglesia a la generación de la esperanza.

Es la cuarta Jornada Mundial de la Juventud del Papa Francisco. Diez años después de aquel ‘¡Hagan Lío!’ en Río de Janeiro, siete desde que en Cracovia pidió a los jóvenes levantarse del sofá para construir un mundo mejor, cuatro desde que en Panamá les recordó que no son el futuro sino el presente… y ahora, Lisboa, donde comprobamos que se cumple aquello que el Papa les pidió hace unos meses a quienes preparaban este encuentro: “prepararse para abrir horizontes y no levantar muros en sus vidas”. Todo un ejemplo, nuestros jóvenes, capaces de tender puentes que respondan a los desafíos de nuestro tiempo.