Según el estudio 'Impacto de las pantallas en la vida familiar" de Empantallados y GAD3, cuatro de cada diez padres consideran que las pantallas suponen una fuente habitual de conflictos con sus hijos, mientras que el 74% cree que la tecnología no les ha unido. Pese a ello, un 66% reconoce que las pantallas están teniendo un papel favorable en la gestión de la actividad familiar.

Para explicar esta aparente paradoja, este miércoles ha sido entrevistado en 'Herrera en COPE' el profesor Fernando Alberca, que ha participado en el informe. Según ha dicho, si había una “relación personal previa” entre las personas -por ejemplo, en el caso de amigos o familiares- las redes sociales “ayudan a la conexión” porque favorecen una relación más frecuente, como sucede con los grupos de WhatsApp.

Por otro lado, ha explicado que los padres deben formarse en tecnología. Siendo “lógico” que los adolescentes tiendan a utilizar el móvil, lo que han de evitar es la desunión con los miembros de la familia.

Alberca ha dicho que en España la edad a la que se le entregan tabletas a los niños se sitúa en los 10 años, mientras que los móviles se empiezan a tener con 13. Sin embargo, ha argumentado que lo importante es hacerlo cuando “sepan utilizarlos”.

El experto ha expresado que los padres no tienen que ceder ante el mítico "argumento" de “todos lo tienen”. Según ha dicho, “es muy bueno que el hijo vaya a contracorriente” porque esto potenciará que sea un adulto “fuerte y autónomo”.

Por otro lado, el neurólogo Álvaro Bilbao ha dicho que fruto de las nuevas tecnologías el cerebro de los adultos está cambiando en algunos aspectos. Por ejemplo, hay más dificultades para recordar cierto tipo de cosas, aumenta la impaciencia o la abstinencia al móvil. “Todo es inmediato y somos menos resistentes a otras frustraciones”, ha aseverado el científico.