Fernando de Haro, el director de La Mañana Fin de Semana, ha viajado hasta China, un régimen que persigue la religión y registra “palabra por palabra” todo lo que se dice en una misa. Precisamente ha viajado para investigar esa falta de libertad de culto. En este viaje, De Haro, ha sufrido detenciones, vigilancia e incluso un allanamiento de morada.

Aunque hay libertad de culto, China es un régimen totalitario y el cristianismo le resulta muy incómodo al nuevo emperador. Con las últimas tecnologías, el régimen vigila todos los movimientos. Una falta de libertad “que resulta angustiosa” sobre todo en un momento de gran eclosión del cristianismo. Porque “la aportación de humanidad que da el cristianismo, es lo más buscado por sus ciudadanos.”

De Haro dice en Herrera en COPE que hay dos niveles de ser cristiano. El que debe seguir las directrices del régimen comunista, y otro que se hace desde la clandestinidad. El presidente de la Conferencia Episcopal allí lo designa el propio Gobierno, “aunque algunos nombramientos están pactados con el Vaticano”.

Lo heroico de todo es que “la Iglesia que sigue las directrices del régimen sigue respetando mucho todo lo que venga del Vaticano y siempre que puede, sigue sus directrices". En 10 días que estuvo Fernando de Haro allí, tuvo que cancelar varias entrevistas, y “me vuelvo con la duda de qué les va a pasar a la gente que sí he podido entrevistar.”