"Circula un chiste que dice que la única que se va a librar de los tribunales es María Jesús Montero, porque la UCO no entiende sus audios"

Jorge Bustos responde al comentario en el Congreso de 'Ánimo Alberto' que ha desatado las risas de la bancada socialista

Paco Delgado

Madrid - Publicado el

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En un ejercicio de disección sociopolítica tan ácido como certero, el periodista y escritor Jorge Bustos ha retratado la degradación del debate público en España, utilizando como punto de partida la supuesta excelencia nacional en el arte del humor para, acto seguido, denunciar su perversión en la esfera política. Durante su intervención en el programa de debate, Bustos construyó un monólogo que transitó desde la antropología del ingenio español hasta el "momento Joker" que, a su juicio, vivió el Congreso de los Diputados, un espectáculo que calificó de "casa del meme" y síntoma del "hundimiento moral" del Gobierno.

Bustos inició su reflexión estableciendo una comparativa internacional para definir la marca España. "Cada país se especializa en una clase concreta de profesionales. Los alemanes producen buenos ingenieros, los estadounidenses forman a grandes empresarios... e Irán produce muy buenos terroristas y España, ¿qué?", se preguntó retóricamente. Su respuesta fue contundente: "Yo creo que el producto nacional es el humor. Lo nuestro son los humoristas, no en vano el mayor genio de la patria de Miguel de Cervantes inventó la novela irónica". Subrayó que este don es un elemento de cohesión nacional, capaz de generar aplausos unánimes, a diferencia de cualquier otra figura pública. "No ha habido una estatua en toda España más indiscutible que la que se levantó a Chiquito de la Calzada en Málaga. Ni militar ni político ni conquistadores pueden aspirar a la gratitud transversal que inspira un humorista de esa talla", afirmó.

Sin embargo, Bustos trazó una línea divisoria crucial entre este humor genuino y el que, a su parecer, practica el poder. Advirtió que cuando el humorista "se pone al servicio de un bando ideológico entonces deja de ser gracioso. O al menos graciosos para todo el mundo". La razón, explicó, es que "siempre se burlan de los mismos y ya solo hacen gracia a los de un bando. Esa risa que solo se dirige contra el adversario nunca es contagiosa. Porque no busca unir sino atacar. Y porque en realidad a menudo no es una risa sincera, es una máscara que esconde rencor, o revanchismo o amargura". Precisamente esa "clase de risa", según él, fue la que resonó en el hemiciclo durante el primer pleno celebrado tras el informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil sobre la presunta financiación irregular del PSOE.

El foco de su crítica se centró en la reacción del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su entorno, tras la comunicación de Alberto Núñez Feijóo sobre su citación en el Senado. Bustos describió con sarcasmo la escena: "El momento Joker se produjo poco después de las 9 de la mañana". Y entonces, recordó, sucedió la intervención de Sánchez: "¿Sabe una cosa, usted es el máximo responsable de todo, usted está tan pringado como ellos. Muchas gracias señoría". A lo que, según el relato del periodista, siguió un escueto "Ánimo Alberto" por parte del presidente. Para Bustos, este episodio marca un nuevo mínimo en la calidad democrática. "Este es el nivel de la sede de la soberanía nacional. El Congreso de los Diputados, el presunto templo de la palabra ahora solo es la casa del meme. Ni siquiera del zasca, ha bajado un peldaño y del zasca llegado al meme", sentenció.

Partido Popular (PP)

Fragmento del informe de la UCO sobre José Luis Ábalos

Criticó con dureza que, ante unas acusaciones tan graves como las que plantea el informe de la UCO, "ni siquiera Pedro Sánchez se preparó un ataque a los jueces, medianamente elaborado. No, no, ya es que ni se le ocurren dos palabras. 'Ánimo Alberto'. Y a partirse la caja a todos con el meme del jefe". En este contexto, Bustos destacó un sonido por encima de todos: la risa de la vicepresidenta primera, María Jesús Montero. "Ahora, nadie se ríe como María Jesús Montero. Ese sonido escalofriante lo resume todo. Esa risa. Y ese aplauso frenético a palma abierta, para complacer al señorito. Ahí se resume el tono ético y estético del sanchismo", afirmó, comparando la atmósfera del hemiciclo con "esa especie de ruido etílico, como de taberna antes del cierre. Ayer faltó un vaso rompiéndose y un borracho que se tropieza con la caja del serrín". Y añadió: "Ahí están condensados siete años de la historia de España".

Fue en este punto de su disertación donde Bustos, buscando reconducir la situación hacia el terreno del humor auténtico, lanzó la pulla que encapsula el clima de presunta opacidad. "Por cierto, circula un chiste por ahí, vamos a hablar de humor", introdujo. "Un chiste que dice que la única que se va a librar de los tribunales es María Jesús Montero, porque la UCO no entiende sus audios". Y remachó con ironía: "No hay quien los transcriba, claro".

Más allá de la anécdota y el chiste, Bustos planteó la pregunta fundamental: "¿De qué se ríe un presidente que tiene a su mujer, a su hermano, a su fiscal general y a sus dos secretarios de organización, camino del banquillo o directamente en la cárcel?". Enumeró una retahíla de cuestiones que, a su juicio, no son motivo de hilaridad: "¿De qué se ríe un presidente que no puede pisar la calle?", "¿De qué se ríe un presidente chantajeado en cada votación por Puigdemont y por Pablo Iglesias?", "¿Se ríe de los enfermos de ELA que no tienen presupuesto?". La respuesta que ofreció fue contundente: "En realidad, Pedro en el Congreso siempre se ríe de lo mismo. Se ríe de la oposición. Y, por tanto, de los millones de españoles a los que la oposición representa". Bustos definió a Sánchez como "un presidente esencialmente divisivo", cuya carrera política "se ha construido sobre la negación de la legitimidad política del adversario, del centro derecha. El tipo se presentó en la sesión de investidura prometiendo que levantaría un muro contra la mitad de España. Sin disimulo, y ahí sigue poniendo ladrillos arriscados cada día".

El diputado José Luis Ábalos durante una sesión plenaria, en el Congreso de los Diputados

Para ilustrar esta división, Bustos puso el foco en un caso concreto: la denegación del voto telemático al diputado popular Guillermo Mariscal, que se encontraba de luna de miel. "Su voto era decisivo... y su petición era razonable", argumentó, cargando contra la "coherencia ideológica" de una izquierda que predica la conciliación pero que, según él, "cuando puedes salvar una ley que ibas a palmar, [la niegas]". Bustos no pasó por alto la paradoja: "Y eso que Pedro es un hombre profundamente enamorado. Se tomó cinco días él de asuntos propios cuando imputaron a su mujer". Visualizó la estrategia del presidente: "Pues nada, llamadita a Francina [Armengol] y ya verá la cara que se le queda Alberto cuando rechacemos el voto que ha pedido su diputado. ¡Ja ja! ¡Qué risas!".

Ante este panorama, Bustos lanzó un mensaje final dirigido a la oposición, instándola a elevar el nivel y a demostrar con hechos que existe una alternativa seria. "Construir una alternativa al sanchismo significa para empezar tomarse los problemas en serio y asumir las responsabilidades que el PSOE dejó de asumir hace años", afirmó. Puso como ejemplo de esa seriedad la reciente decisión del presidente andaluz, Juanma Moreno, de prescindir de su consejera de Salud por los errores en el cribado del cáncer de mama, a pesar de que afectaran a un bajo porcentaje. "Un error grave, si te tomas la política en serio, exige depurar responsabilidades. Porque así se gana credibilidad", sentenció, estableciendo un claro contraste con la actitud del Gobierno de Sánchez, que, a su juicio, prefiere refugiarse en la risa y el meme antes que en la responsabilidad. "Mientras otros, la pierden", concluyó, dejando flotando en el aire la pregunta de si los senadores del PP serán capaces de "borrarle la sonrisa de la cara" a un presidente que, desde su análisis, se ríe mientras las instituciones se resquebrajan.