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¿Qué tal, buenos días? Saludos de Sergio Barbosa, en nombre de la gente que hace posible 'Herrera en COPE' en este Viernes Santo, 29 de marzo de 2024.

El día ya está despuntando. Y lo hace después de una madrugada de Viernes Santo, que, no nos vamos a engañar, no ha sido todo lo lucida que nos hubiera gustado.

Como se esperaba, el tiempo no lo ha puesto fácil y la lluvia (esa lluvia por la que tanto hemos clamado durante los últimos meses) ha obligado a que algunos de los lugares más emblemáticos de esta celebración hayan tenido que cancelar las procesiones.

De los seis pasos que tenían que echarse a las calles de Sevilla, para sumir a la capital hispalense en el misterio de la madrugá, ninguno ha podido salir. Hacía 13 años que no se veía algo parecido.

Lo mismo ha ocurrido en Valladolid, donde la madrugada “contenida, pero profunda” de la vieja castilla, también ha tenido que dejarlo para mejor ocasión.

O en Ávila, donde el Vía Crucis se ha tenido que realizar en el interior del templo.

En esos lugares, ha sido la madrugá del silencio, de las calles mojadas, de las sillas vacías y de los pasos perdidos que se alejaban en el eco de los callejones, de vuelta a casa.

La madrugá del peregrinaje interior, porque cuando un paso no sale, el viaje del misterio tiene que hacerlo uno mismo dentro de sí.

Y, en definitiva, la madrugá de la prudencia: La prudencia de los hermanos mayores que, uno a uno, han ido anunciando que, visto lo visto, lo mejor era que las imágenes no salieran de las iglesias.

“Otra vez será”. Ese ha sido el mensaje más escuchado, ya les digo, en lugares como Sevilla o Valladolid, mientras en otros puntos del país han tenido más suerte.

En la zona de Levante el tiempo ha sido más clemente, como también lo ha sido en Málaga.

Allí, después de un Jueves Santo en el que algunos pasos pudieron salir y otros tuvieron que dejarlo estar, con la legión portando el Cristo de Mena, entre los que han podido desafiar la amenaza de lluvia. La Madrugá, finalmente, sí ha sido lo que tenía que ser.

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Los malagueños han asistido al encuentro del trono del Nazareno del Paso y el trono de la Esperanza.

Ese encuentro entre el hijo crucificado y la madre doliente.

Que el tiempo haya deslucido la madrugada en algunos puntos, “no quita” que, un año más, tengamos que dar las gracias a los compañeros de esta casa, que nos ha hecho sentir, a través de la radio, el sentimiento de estas fechas.

En COPE, con tal de llevar la Semana Santa a los que no pueden salir de casa, nuestros compañeros de Granada se han metido debajo de uno de los pasos.

Nuestro compañero Jorge de la Chica, portando el micro de COPE en las mismas entrañas del paso de la Virgen de la Estrella.

Miren, como la radio, además de sentimiento, es información y también es un servicio público, una vez más, tenemos que pedirles precaución.

Precaución porque, a lo complicado que va a estar circular por las carreteras, se suma el peligro de acercarse demasiado a la costa.

Cuatro personas han fallecido ya por culpa de este temporal. Dos han sido arrastradas por el fuerte oleaje en diferentes puntos de Asturias y en una playa de Tarragona han muerto un menor y joven alemán que, sin conocerlo de nada, trató de sacarlo del agua perdiendo él también la vida de forma heroica.

Y todo esto sucede, mientras la mañana también se presta a alguna que otra reflexión sobre la actualidad informativa.

Hoy nos llegan, por ejemplo, noticias desde Portugal.

Uno lee las crónicas sobre nuestro país vecino y los ecos nos llegan del otro lado del Guadiana o allá donde van a morir el Tajo y el Duero nos dejan una cierta melancolía.

Allí, conservadores y socialistas han llegado a un acuerdo inédito para turnarse, para compartir, la presidencia de la Asamblea Nacional.

Es verdad que no ha sido fácil. Han necesitado 35 horas de negociación y cuatro votaciones.

Y es verdad que, cuando se trata de hacer política comparada, lo primero es evitar caer en el reduccionismo en comparaciones demasiado simplista, porque cada país tiene sus matices y no hay dos realidades iguales que puedan ser medidas en pie de igualdad.

Pero llama la atención cómo desde Portugal nos llegan noticias de políticos que dieron su palabra en campaña electoral de que no harían algo y eso ahora les condiciona “lo que pueden hacer” o no. Porque todo el mundo da por hecho que la palabra que dieron se va a cumplir. Se debe cumplir.

Así que el primer ministro conservador, Montenegro, se ha complicado la vida, con tal de no pactar con los ultranacionalistas de Chega. Y los de Chega no se lo han puesto fácil en la elección del presidente del parlamento.

Y los socialistas tampoco se lo han puesto fácil, pero al final, esos socialistas también han entendido que boicotear al ganador de las elecciones tampoco es la solución, si de verdad (y no de boquilla), no quieren que la derecha más radical acabe entrando en el gobierno.

Así que, los dos primeros años, el presidente del parlamento será conservador y los otros, será socialista.

El nuevo presidente de la cámara, Aguiar Branco, ha prometido imparcialidad, equidistancia y rigor.

Palabras que nos hacen pensar en cómo se está comportando aquí Francina Armengol, al frente del Congreso.

Miren, lo de Portugal, sí es pactar entre diferentes, haciendo la lectura correcta de lo que han expresado las urnas.

Aquí en España, lo del sanchismo no es pactar con los diferentes: es pactar con los que te conviene para seguir en el poder al precio que sea y de forma precaria.

En Portugal, al final lo que prevalece, es la supervivencia del edificio institucional.

Aquí no, aquí cuánto más débil se siente el PSOE, más busque el choque con el PP sabedor de que la tensión es lo único que lo puede mantener en el poder.

Es la estrategia de: “Más que votarme a mí, se trata de que no les votes a ellos”. Ellos son peor que yo.

Toda esa estrategia tóxica y simplista, en la que el PSOE se ha hecho un experto, empezó en Cataluña allá por 2008, con un cartel del PSC en el que aparecían dirigentes del PP: “Si no votas, ellos vuelven”.

PUES 16 años después, en esas seguimos.

El candidato del PSC, Salvador Illa, ha declarado en el diario británico “The Times”…. Que Abascal es una amenaza mayor que Puigdemont. Y eso que Abascal no ha dado ningún golpe contra el Estado de Derecho, ni ha malversado, ni se ha fugado de la justicia.

Pero Illa adopta el discurso separatista y va contando en el extranjero que la amnistía hay que aprobarla para sacar a Cataluña de la parálisis en la que está desde el procés. Al final, el precio por lo que hicieron los separatistas lo tienen que pagar el resto de españoles, viéndose humillados y relegados ante la ley.

Españoles que ven como Puigdemont ya no vive en Waterloo. Esperando a dar el salto que lo devuelva a Cataluña, limpio de polvo y paja.

Que ven también como el TSJC ha aplazado el juicio a los arquitectos del procés para no interferir en las elecciones catalanas. Iba a empezar el 10 de abril. Separatistas que ven cumplido su objetivo de retrasar el juicio contra ellos por el adelanto electoral decidido por también por separatistas.

Y españoles que tienen que ver los tiempos felices que viven los separatistas. ERC, Bildu y BNG han firmado su alianza para los europeos con los antiguos socios de Yolanda Díaz en Baleares.

Presumen de su alianza con el PSOE y aseguran que “Los frutos están a la vista”.

La operación de blanqueamiento del entorno de ETA ha sido una de las obras maestras de Pedro Sánchez, con la ayuda de su mentor, Rodríguez Zapatero.

Y más allá de la política, también nos sigue preocupando el narcotráfico.

Sobre todo, después de que ayer se volviera a vivir un incidente, que nos recordó al de Barbate que costó la vida a dos agentes de la Guardia Civil.

Todo empezó cuando el alcalde de Manilva, un pueblo de Málaga, que está ya casi tocando con la provincia de Cádiz vio como hasta once narcolanchas se estaban refugiando del temporal delante de su playa.

Con toda impunidad, a la vista de todos, como pasó en Barbate.

En este caso, se mandó una patrullera de la Guardia Civil, que consiguió ahuyentar a todas las narcolanchas, menos a una, que no se fue porque tenía problemas mecánicos.

Y ahí es cuando cinco de las que se habían ido, volvieron a socorrer al compinche que tenía problemas, hasta el punto de que una de ellas decidió, una vez más, embestir a la Guardia Civil.

La suerte es que, esta vez, los agentes llevaban una patrullera con el suficiente calado como para sufrir daños materiales, pero no humanos.

Es un ejemplo más de la importancia de los medios materiales: si lo de ayer no hubiera sido una patrullera, con cara y ojos, hubiese sido una tragedia.

Y no hace falta que sea una zódiac de goma como la de Barbate. Las embarcaciones de tipo S-20 (más pequeñas y de aluminio) también hubiera quedado destrozada, según nos cuentan desde el colectivo de guardias civiles JUCIL.

Por eso, el alcalde de Manilva se ha sumado al clamor de los que piden que nos pongamos la pilas en la lucha contra el marco:

Tenemos un problema muy serio en las costas del sur de nuestro país. Nos va la salud pública, la vida de nuestros agentes y la dignidad del Estado de derecho y el imperio de la ley.

Esperemos que los medios humanos y materiales que ha prometido el gobierno se hagan realidad lo antes posible. Falta hace.