A sus 96 años, Irmgard Furchner, podría pasar por cualquier anciana que apura todo el tiempo extra que le está regalando la vida. Al fin y al cabo, a pesar de su edad, está en plenas condiciones psíquicas.

Su apariencia física tampoco es mala. Con sus huesudas manos se coloca, una y otra vez con bastante agilidad, las gafas de sol. Mira al techo pensativa mientras se atusa el pelo y se sube la mascarilla cada vez que se le cae.

Sin conocer su pasado, la verdad es que la imagen de Irmgard sentada frente a un micrófono transmite ternura.

Pero, una vez más, se demuestra que juzgar a una persona por su apariencia no es lo más recomendable.

Porque detrás de esta adorable anciana se esconde, según acusaciones judiciales, una secretaria nazi que fue cómplice de unos 11.000 asesinatos en el campo de concentración de Sttuthof, en Polonia.

El juicio para dirimir si debe pagar por ello acaba de empezar. Y lo ha hecho un mes después de lo previsto porque la anciana trató de darse a la fuga hace unas semanas. Finalmente, fue detenida horas después de que huyera de su domicilio en la parte norte de Hamburgo.

Ella va a seguir defendiendo su inocencia y alegando que era una mera trabajadora de administración ajena a todo el horror que allí estaba ocurriendo.

Es la ‘Historia del día’ de ‘Herrera en COPE’.

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