Jorge Bustos, presentador de Herrera en COPE: "Morante de la Puebla salió de la única forma que podía salir ya de una plaza, a hombros por la puerta grande de las Ventas"

El periodista analiza el adiós del diestro este domingo en la plaza de toros madrileña durante el Día de la Hispanidad

Paco Delgado

Madrid - Publicado el - Actualizado

6 min lectura

La tarde de ayer, en la Plaza de Toros de Las Ventas de Madrid, quedará grabada con letras de oro y a la vez con un profundo sentimiento de orfandad en la historia de la tauromaquia. José Antonio Morante de la Puebla, uno de los toreros más geniales e irrepetibles de las últimas décadas, anunció su retirada de los ruedos de la manera más inesperada y dramática posible: tras cortar las dos orejas al cuarto toro de la tarde y en la cúspide de su triunfo, decidió cortarse la coleta en el centro del ruedo, sellando así el final de una carrera legendaria. El periodista Jorge Bustos, presentador de 'Herrera en COPE', lo resumió con exactitud: "Morante de la Puebla salió de la única forma que podía salir ya de una plaza, a hombros por la puerta grande de las Ventas".

El momento cumbre se produjo a las 19:37 horas, cuando Morante, después de pasear en triunfo las dos orejas conseguidas a su segundo toro de la tarde, se dirigió al centro del ruedo y, en un gesto íntimo y cargado de solemnidad, se cortó la coleta ante el silencio atónito de los más de 23.000 asistentes . La plaza, que momentos antes vibraba con los aplausos al triunfo, quedó sumida en un silencio conmocionado que gradualmente se transformó en una ovación cerrada y emocionada, mientras los gritos de "¡Torero, torero!" resonaban en el coso madrileño.

 Una tarde histórica y una decisión inesperada  

La Corrida de la Hispanidad, último festejo de la Feria de Otoño, reunió a un lleno absoluto en Las Ventas con un cartel que ya de por sí era especial, pues incluía la despedida anunciada del matador madrileño Fernando Robleño, después de 25 años de carrera . Sin embargo, nadie podía prever que sería el adiós definitivo de Morante, un torero considerado por muchos aficionados y críticos como el más grande artista del toreo en las últimas décadas.

Europa Press

Morante de la Puebla durante su faena en la plaza de toros de Las Ventas

El momento del adiós fue especialmente dramático porque apenas una hora antes, Morante había protagonizado un susto mayúsculo al sufrir una espectacular y violenta voltereta tras ser volteado por el cuarto toro de la ganadería de Garcigrande . El diestro quedó inerte sobre la arena, lo que obligó a las cuadrillas a cargarlo en volandas para atenderlo en la barrera . En un ejercicio de superación y entrega absoluta, Morante se recompuso y, a pesar de visiblemente mermado, regresó al ruedo para ofrecer una faena que quedará para la historia.

Con la muleta en la mano, el sevillano se entregó sin reservas a la verdad del toreo. "Relajado, toreando con las muñecas sueltas y la figura sin tensión alguna, el maestro no dio apenas importancia a los amagos y a los cabezazos defensivos que soltó el toro", describió la crónica de la COPE . La faena concisa y cargada de intensidad emocional, culminó con una estocada magistral que le valió la concesión de las dos orejas.

 El análisis de Jorge Bustos en 'Herrera en COPE'  

Desde el estudio de 'Herrera en COPE', programa en el que Jorge Bustos incrementará su presencia a partir de septiembre según había anunciado recientemente el propio medio, el periodista analizó la trascendencia del momento . Bustos, conocido por sus análisis contundentes y bien fundamentados, no dudó en calificar la despedida de Morante como "la única forma" acorde con su talla artística e histórica.

Bustos, quien recientemente ha sido reconocido con la Antena de Plata 2024 por su capacidad para analizar el momento que vive la sociedad española, supo captar la dimensión del instante: un torero en la cúspide de su arte, dueño de una tauromaquia genuina y sevillana, que elige el momento y el lugar de su despedida, transformándose en mito ante los ojos de miles de aficionados.

Jorge Bustos

 Una carrera de leyenda  

Morante de la Puebla, nacido en La Puebla del Río (Sevilla) en 1979, deja tras de sí una carrera jalonada de triunfos y momentos antológicos que lo sitúan entre los grandes de la historia del toreo . Tomó la alternativa en Burgos el 29 de junio de 1997 de manos de César Rincón y la confirmó en Las Ventas el 14 de mayo de 1998 con Julio Aparicio como padrino y Manuel Díaz 'El Cordobés' de testigo .

Dueño de un estilo inconfundible, representaba "la vieja tauromaquia, genuina, artista y llena del verdadero arte sevillano" . Morante era un torero único, "que tiene un sello y características en el toreo como ningún otro", destacándose especialmente en el manejo del capote .

Entre sus hazañas más recordadas se cuenta la consecución de un rabo en la Maestranza de Sevilla en abril de 2023, un trofeo que no se concedía a un torero de a pie en ese coso desde 1971 . Precisamente este año, el 8 de junio, había abierto por primera vez la Puerta Grande de Las Ventas en la feria de la Beneficencia, y fue designado autor de la mejor faena de la Feria de San Isidro.

 Una despedida con sabor agridulce  

El mundo taurino amanece hoy huérfano. Como describió El Mundo, "el toreo se ha quedado huérfano" con la retirada de Morante . La última Puerta Grande del sevillano fue descrita como "la más triste del mundo", una despedida crepuscular para "el más valiente de los artistas, del más artista de los valientes" .

Mientras Morante salía por la Puerta Grande hacia la calle de Alcalá, arropado por una marea de seguidores que lo llevaban a hombros entre lágrimas y vítores, su compañero de cartel Fernando Robleño se despedía también de los ruedos, aunque por la puerta de cuadrillas, tras cortar una oreja a su segundo toro . El madrileño no pudo acompañar a Morante en su último paseo al no conseguir los dos trofeos necesarios, después de que un pinchazo previo a la estocada en su último toro frustrara el triunfo redondo .

El joven Sergio Rodríguez, que confirmaba alternativa en este cartel, actuó como "convidado de piedra en esta tarde de emociones y efemérides", según la crónica de la COPE, sin poder brillar en una jornada marcada por las despedidas.

 El legado de un genio  

Morante de la Puebla deja un vacío difícil de llenar en el toreo contemporáneo. Su arte, su personalidad contradictoria y su capacidad para crear belleza en el ruedo lo convierten en una figura irrepetible, el último representante de una concepción del toreo ligada a la tradición más pura pero interpretada con un sello personal e intransferible.

Como bien señaló Jorge Bustos desde 'Herrera en COPE', Morante eligió la única salida posible para un torero de su altura: por la puerta grande, a hombros, en la plaza más importante del mundo taurino, y en la cima de su arte. Un final perfecto para una carrera imperfecta, llena de claroscuros, pero siempre fascinante.

El toreo despide a uno de sus últimos grandes artistas, un torero que, como los viejos maestros, entendía la tauromaquia no como un deporte, sino como un arte trágico y sublime. Las Ventas, testigo de sus grandes horas, lo despide entre lágrimas y ovaciones, consciente de haber presenciado el final de una era.

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