Algunos miembros de la familia quisieron prolongar la vida del dictador. "El marqués de Villaverde, el yerno del general Franco que había sustituido a Vicente Gil como su médico de toda la vida por el doctor Pozuelo, acabó enfrentándose también con el doctor Pozuelo. ¿Por qué? Porque la desesperada lucha para mantener con vida a Franco, cuando se sabía que todo era imposible. Hasta el doctor Hidalgo Huerta se negó a operarle por última vez, como le pedía Martínez Bordiú. Querían mantenerlo con vida hasta el día 26 de noviembre porque era cuando cesaba Alejandro Rodríguez de Valcárcel como presidente de las Cortes y del Consejo del Reino. Si Franco estaba con media vida y podía firmar un decreto según el cual prórrogaba su nombramiento, aseguraba a toda la camarilla franquista que iba a haber un presidente de Gobierno de su confianza", ha contado Herrera.

¿Y qué hizo en esos momentos Don Juan Carlos? "El entonces príncipe quería que su hombre de confianza, Torcuato Fernández Miranda, estuviera en ese capítulo de decisiones. ¿Por qué? Porque el Consejo del Reino preparaba una terna sobre la que tenía que basarse el jefe del Estado para nombrar presidente del Gobierno. Y Juan Carlos le dijo a Torcuato: “¿Tú quieres ser presidente del Gobierno o presidente de las Cortes?” Y Torcuato le dijo: “Hombre, a mí lo que me gustaría ser presidente del Gobierno, pero yo creo que a Su Majestad le voy a hacer mucho más útil siendo presidente de las Cortes y del Consejo del Reino” como efectivamente fue. Aquella frase de Torcuato: “Estoy en condiciones de darle al Rey lo que el Rey me ha pedido”, que era el nombre de Suárez. Mientras, Arias Navarro, al que el Rey calificaba como desastre sin paliativos, le presentó la dimisión con Franco hibernado. ¿Por qué? Pues porque el Rey, entonces príncipe, había enviado al general Díez-Alegría a hablar con su padre don Juan para que durante esos días no se presentara en España ni emitiera comunicados. Y cuando se entera Arias Navarro fue al príncipe, le dio dos golpecitos en la rodilla, y le dijo: “Si quiere usted, alteza, un Gobierno de militares, nombre a Pita da Veiga y verá lo bien que se lo va a pasar porque yo dimito”. ¡Menudo momento! Finalmente, lo reconsideró, pero fueron días muy complicados. Muy difíciles", ha contado.

"Cuando muere Franco a las 3:50, se avisa al príncipe de España y se le dice: “Acaba de morir Franco”. El príncipe de España dice: “Bueno, voy para La Paz”. “No, no, no, no, venga aquí”, le dicen desde la familia. “Ya cuando esté en El Pardo”, añadieron. El príncipe se enfada, llama a su gabinete y le dice: “Me despertáis a las 7:30”. Y, efectivamente, a las 7:30 lo despertaron, se vistió y con la reina, por la carretera interior de la Zarzuela que llega hasta El Pardo, llegaron al palacio".