La bebida típica española reinventada que promete triunfar entre los jóvenes y trata de 'desterrar' al alcohol: cambio de paradigma
Lo analiza Alberto Herrera en 'El Foco'
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¿Qué es vino si no tiene alcohol? ¿Mosto? ¿Zumo? La respuesta no es tan simple. Este es el debate que ha planteado Alberto Herrera en 'El Foco'. Este viernes, el comunicador ha puesto sobre la mesa una tendencia que avanza a paso firme en los hábitos de consumo de las nuevas generaciones en nuestro país: una bebida que sabe a vino, huele a vino, tiene cuerpo de vino… pero que no contiene ni una gota de alcohol.
“No es mosto, no es un refresco. Es vino al que se le quita el alcohol tras fermentarlo, a través, por ejemplo, de ósmosis”, ha explicado.
Copa de vino
Aunque aún representa apenas el 0,1% del mercado, su crecimiento anual ronda el 20%, y ha triplicado su presencia en los supermercados en solo tres años. Más revelador aún es el dato que ofrecía el propio Alberto Herrera: “El 90% de los menores de 35 años quieren probarlo”.
Una cifra que ilustra hasta qué punto la llamada “sobriedad consciente” está calando entre los jóvenes.
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El fenómeno responde a una combinación de factores: un estilo de vida más saludable, mayor concienciación social, leyes más estrictas en torno al tráfico y, como apunta Herrera, un cambio de paradigma cultural: “La presión social ahora está invertida”.
Según los datos que ha expuesto Alberto Herrera en El Foco, el porcentaje de jóvenes de 14 a 18 años que se han emborrachado alguna vez ha pasado del 60% en 2012 al 20% en 2023. Incluso el clásico “botellón” ha perdido peso: “Parece ser una práctica minoritaria ya”, ha recordado el comunicador.
Y entre los menores de 30, uno de cada dos afirma haber reducido o eliminado el alcohol de su vida.
"las exportaciones han caído un 7,5%"
Este cambio de hábitos plantea un dilema importante para el sector vinícola. En paralelo a este fenómeno, las bodegas españolas —en un momento de tensión comercial tras las amenazas de aranceles por parte de Donald Trump— se enfrentan a un mercado que acumula excedentes, mientras las exportaciones peligran. “En Reino Unido, desde febrero, se aplica un arancel al vino tinto del 20%, y las exportaciones han caído un 7,5%”, ha explicado Herrera.
Donald Trump
La solución, al menos para algunas bodegas, pasa por innovar. Pero no todos lo tienen claro. Desarrollar vino sin alcohol requiere inversión tecnológica, reconfigurar procesos de producción y convencer a un consumidor tradicional que aún vincula el vino al ritual, a la cultura y a la mesa.
"el vino forma parte de nuestra cultura"
“Esto no es para criminalizar el vino, ni mucho menos —ha aclarado Herrera—. El vino forma parte de nuestra cultura, está ligado al territorio, al arte, a la historia… y el consumo tradicional no es comparable al de los destilados”. Pero, añade, “la sociedad busca formas nuevas de relacionarse con el alcohol”, y ahí es donde este producto encuentra su espacio.