Con motivo de los homenajes de este fin de semana en Barcelona, en los que se recuerda a las víctimas de los ataques terroristas de Cambrils y Barcelona, en 'Herrera en COPE' ha participado un funcionario en instituciones penitenciarias, y experto en radicalización y yihadismo, a quién, por motivos de seguridad, se le ha llamado "Alberto". Éste ha comentado cómo se trata con las personas relacionadas con el yihadismo que se encuentran en las cárceles españolas. 

Según Alberto, actualmente hay unas 270 personas en cárceles españolas relacionadas con el yihadismo, ya sea por delito terrorista o por haber radicalizado. El número de internos por delitos relacionados con el terrorismo es de 132, que están internados por delitos de sangre, por financiar el terrorismo o por enviar a gente a zonas de conflicto.

Este funcionario de instituciones penitenciarias ha informado que hace un par de años se creó un programa de intervención para estos internos, lo que, ha comentado, muchos en Europa llaman desradicalización, pero ha asegurado que esto "no es posible", sino que lo que se trata es que "abandonen la violencia". Según Alberto, en este programa se pretende que, a través del diálogo, se cuestionen ellos mismos su planteamiento. También ha comentado que, de los 270 presos, solo hay 30 acogidos a este progama, ya que la participación es voluntaria.

El experto en radicalización y yihadismo ha comentado que la religion "no es un pilar de este tratamiento". El programa que se ofrece a estas personas "no incide en las creencias religiosas, sino que intenta promocionar la tolerancia y el respeto hacia los demás". Ya que "combatir las creencias religiosas de una persona es muy complicado". Los presos relacionados con el yihadismo niegan haber participado en los atentados, "esa es la primera fase el internamiento", y algunos de los que participan en el programa "empiezan a mostrar arrepentimiento".  

En cuanto a los controles en la cárcel,  Alberto ha comentado que, a raíz del atentado de 2004 y el surgimiento de una célula creada en la prisión, se planteó una creación de unos "equipos de funcionarios que hagan un seguimiento de todos aquellos internos que presentan indicios de radicalización". Este funcionario ha informado que muchos internos se acogen a la religión "como una especie de crecimiento personal", y por ello "no todos pueden ir en el mismo saco". Alberto también ha comentado que para ser extremista "hay que pasar por un proyecto de radicalización", y por ello "todos los que se acogen a la religión musulmana tienen un seguimiento especial". 

El experto en radicalización y yihadismo ha apuntado también que una persona "puede ser radical sin ser violenta". Y, a raíz de la experiencia que tuvieron con los presos etarras, han elegido la dispersión de los presos entre distintos centros penitenciarios españoles "y, en principio, no causan ningún problema". Además,  ha comentado que vigilan los contactos y las relaciones de los presos con el exterior.