Burgos, domingo 30 de junio de 2013. Más de tres cuartos de plaza. Toros de Zalduendo, desiguales de presentación, justos de fuerzas y de juego también variado. Los mejores, cuarto y quinto. Juan José Padilla, silencio y oreja. El Juli, ovación y dos orejas tras aviso. Miguel Ángel Perera, silencio y ovación tras aviso.Padilla, que poco pudo hacer con el blando "zalduendo" que abrió plaza, llevó a cabo una faena de lo más variada y entregada al cuarto, en el intercaló rodillazos, naturales de muy buen corte, y otros guiños y alardes de cara a la galería que provocaron el fervor en el público burgalés, y que le valió para cortar una oreja."El Juli" instrumentó una faena de oficio e inteligencia ante un primer toro de su lote muy remiso, y al que hizo "romper" hacia adelante a base de temple y mucho poder. Su fallo a espadas le privó de pasear algún trofeo.Lo grande vino en el quinto, un buen toro de Zalduendo, al que "El Juli" cuajó de forma magistral de principio a fin sobre ambas manos. El madrileño puso arte, entrega y mucho poderío para el deleite del graderío, que acabó rendido a la majestuosidad del "Juli", que acabó paseando las dos orejas.Perera, que no le quedó otra que abreviar con su inválido primero, pudo redimirse en el que cerró plaza, otro buen ejemplar de la ganadería de Fernando Domecq, con el que el extremeño estuvo más decidido en una faena de altas cotas, pero mal rubricada con los aceros.