Maria Butina, la supuesta agente rusa encubierta detenida en Estados Unidos, tenia algunas técnicas peculiares para realizar su trabajo. Desde ofrecer sexo para conseguir información, mantener una estrecha relación con un grupo defensor de las armas o el empleo del traductor de Google para ponerse en contacto con fuentes, son algunas claves del trabajo de Maria. Su principal objetivo era favorecer los intereses del Kremlin en Estados Unidos. Para ello, no dudaba en ofrecer su cuerpo para lograr sus objetivos.
Este pasado miércoles, Maria Butina declaró no ser culpable de un delito de conspiración con los Estados Unidos y de ser una infiltrada extranjera, a pesar ello, fue enviada a prisión preventiva. Según el departamento de justicia, la supuesta espía rusa había creado un red de influyentes contactos en Estados Unidos para beneficiar al Kremlin.
La investigación afirmó que la relación amorosa que tenía Maria era una falsedad con el único objetivo de conseguir información. En esta relación, la imputada llegó a ofrecer sus servicios sexuales a cambio de conseguir otros contactos e información importante para su trabajo de espionaje. También, Maria se benefició del traductor de Google, utilizó esta herramienta para facilitar las conversaciones en inglés incluso para presentar proyectos antes de las elecciones de 2016.
Antecedentes
Butina se mudó de Rusia a Washington en agosto de 2016, en este momento las autoridades americanas empezaron a investigarla. Ya en territorio americano, Maria se puso en contacto el más poderoso “lobby” de las armas en América, la Asociación Nacional del Rifle (NRA), se presentó como una activista rusa partidaria de las armas.
En algunas fotos, se ve a la agente rusa posando con grupos de presión y con el partido republicano de Trump, con el que intentó establecer comunicación de cara a las elecciones presidenciales de 2016. En resumen, la investigación acusa a la detenida de mantener vínculos con el sistema de inteligencia ruso y con el entorno cercano a la Presidencia del Kremlin.