“No más agresiones en el transporte público” es el lema con el que cientos de trabajadores de Bizkaibus y Euskotren se han echado a la calle este 19 de marzo en Bilbao y San Sebastián para denunciar el aumento de agresiones físicas y verbales que padecen estos conductores de un tiempo a esta parte.

Concretamente han contabilizado veinte agresiones en 2023 y seis en lo que va de 2024. Unas agresiones que antes se producían de forma aislada y en horarios nocturnos pero que ahora se han trasladado a cualquier momento del día y en cualquier línea. Como el reciente caso de una agresión a una compañera en la Plaza Moyua de Bilbao frente a la pasividad de los viajeros. Nos lo cuenta Juan Carlos González que nos explica en Cope Euskadi que aprecian esa "agresividad en el día a día, tanto física como verbal", lo que les genera una tensión "terrible".

"Es raro el día en que un compañero te dice que no ha tenido alguna incidencia, alguna enganchada o alguna una amenaza", nos cuenta Juan Carlos que asegura preocupado que "la sociedad ha cambiado" porque "antes no ocurrían estas agresiones".

La huelga de 24 horas está teniendo un seguimiento “muy amplio” y sólo operan los servicios mínimos del 30%, según afirman los sindicatos convocantes CCOO, UGT, ELA, USO Y LAB. El objetivo de esta huelga es solicitar la "concienciación" de los ciudadanos y también piden los trabajadores que se pongan en marcha "medidas de protección" frente a las agresiones.

Entre las medidas, los conductores plantean instalar "mamparas" que impidan la cercanía con los usuarios, piden que funcionen los “pisones”, que son unos pulsadores que alertan de situaciones de riesgo y demandan que la reacción sea "inmediata", pero no sólo de la empresa sino que se debe "involucrar" también a la Ertzaintza y las Policías Municipales.

Por el momento los sindicatos de Bizkaibus no tienen previstas nuevas movilizaciones a la espera de la respuesta que dé la Diputación y de comprobar si pone en marcha medidas "reales y efectivas".