Javier Suso dice que no es un investigador profesional porque no estudió en la Universidad, donde anhela que alguien realice una tesis sobre el ferrocarril Vasco-Navarro, una línea de cercanías de las más modernas de Europa en su época y que se desmanteló cuando él tenía 12 años. Pero es difícil ganar a Javier en dedicación, perserverancia y pasión.

Tres décadas lleva este detective de documentos excarvando en distintos archivos, en especial en el de Vitoria, para reconstruir y ofrecer a quien quiera consultarla la memoria de El trenico.

Vacaciones en el tren

La labor de este vitoriano que se montó en sus vagones para veranear en Maeztu ha ayudado a que el Gobierno vasco lo catalogue como Bien Cultural de Protección Especial.

El legado que deja Javier Suso con miles de fondos donados sobre el ferrocarril Vasco-Navarro le hace merecedor del Premio Alavés del Año de COPE VItoria que este miéroles 8 de mayor celebra la gala de entrega en el Museo Artium a las 19:30.

Una investigación que engancha

"Es historia de Álava y de la vida ferrovaria del país porque este tren pequeñico fue el tren de vía estrecha más importante de todo el país, en 1929 estaba electrificado y era moderno, una joya de los ferrocarriles comarcales", afirma con contundecia sobre el Vasco-Navarro.

Entre sus hallazgos le han llamado la atención "películas fantásticas", como una tomada por un bilbaíno con cámara súper 8 sobre la vida del tren. "Lo hemos digitalizado. Y la película se puede comprar, es uno de mis sueños", confiesa tras aplaudir la colaboración del personal de los archivos de Vitoria ya que sin ellos "no hubiera podido tirar del hilo".

Ha dado muchas conferencias y El trenico "solo interesa a la gente mayor, la que lo vivió", pero eso no le hará desistir de su investigación, inagotable, que es como "una droga".

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