Navarra, calma tensa ante la peste porcina con el jabalí en el punto de mira
Los ganaderos extreman la bioseguridad ante una amenaza que paralizaría las exportaciones mientras los expertos señalan el descontrol de la fauna salvaje
Pamplona - Publicado el
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La amenaza de la peste porcina africana (PPA), pese a no haber llegado a Navarra, ha puesto en alerta a productores y autoridades. La preocupación se ha instalado entre los ganaderos, como reconoce en COPE Navarra Pedro Mozaz, miembro de la ejecutiva de UAGN: "La primera noche no se duerme. La preocupación está entre todos los ganaderos". El foco detectado en Cataluña ha generado un temor inicial que, sin embargo, se ha visto atenuado por el mensaje de tranquilidad tras la rápida actuación de las autoridades catalanas.
La primera noche no se duerme"
Ganadero
Refuerzo de la bioseguridad en las granjas
En explotaciones como la de Mozaz, con unos 11.000 animales, se han repasado y endurecido todas las medidas de bioseguridad. "Lo que hemos hecho ha sido repasar todas las medidas de bioseguridad que teníamos, la principal es la del vallado, para que no nos invada la fauna exterior", explica. Además, se ha intensificado el protocolo para los trabajadores, con cambio de ropa y calzado, y se ha limitado al máximo el acceso de personal externo para "minimizar todas las posibilidades de que entre un patógeno".
El miedo del sector tiene una base sólida: España es el primer productor porcino de Europa y el tercero del mundo. Un solo caso en una granja obliga al sacrificio de toda la explotación, ya que el virus tiene una mortalidad del 100 %, y provocaría el cierre inmediato de las exportaciones. Nicolás Urbani, veterinario y miembro de la Federación Española de Caza, lo califica como un "impacto económico brutal" que generaría un "desequilibrio comercial tan grande" que causa una "preocupación masiva".
El jabalí, un vector fuera de control
Ambos expertos coinciden en señalar al jabalí como el principal riesgo. "Es una plaga, campa a sus anchas", afirma Mozaz, quien asegura que su población "se ha multiplicado por diez" en los últimos años. El ganadero critica las limitaciones a la caza y rechaza la idea de que se ha invadido su hábitat: "Los jabalís están bajando desde el norte de Navarra y están invadiendo zonas donde antes no vivían". Esta superpoblación, sin depredadores naturales, los convierte en un gran vector de transmisión de enfermedades.
Los cazadores se convierten en herramientas esenciales para poder controlar las poblaciones de jabalí"
Veterinario
Por ello, Urbani subraya que la actividad cinegética, la caza, es fundamental. "Contra más jabalís haya, más riesgo de propagación de esta patología tenemos". Destaca que, para controlar la expansión del virus, es clave intensificar la caza, ya que son los cazadores quienes conocen el terreno y los movimientos de los animales, siendo "verdaderamente eficaces en realizar su labor". Esta tarea, insiste, requiere una estrecha coordinación entre autoridades, ganaderos y el sector cinegético.
Desde las instituciones se ha pedido a los ganaderos que se mantengan "vigilantes y expectantes". Además, se hace un llamamiento a la responsabilidad ciudadana, recordando la hipótesis del origen del brote catalán por un resto de comida. El simple hecho de tirar un bocadillo, cuyo producto puede proceder de un país sin las mismas garantías sanitarias, "puede preparar una muy gorda", advierte Mozaz, pidiendo a la gente que no deje restos de comida en el monte.
A pesar de la alerta, los profesionales lanzan un mensaje de tranquilidad absoluta al consumidor. La enfermedad no afecta al ser humano y la carne es completamente segura. "En Navidad, no me imagino una mesa donde no haya un buen plato de jamón, unos chorizos, un salchichón, está todo garantizado", concluye Mozaz, una afirmación que secunda Urbani, asegurando que no hay "ningún problema" ni con el consumo de cerdo ni con el de jabalí.
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